Cine/ "LOS HOMBRES QUE NO AMABAN A LAS MUJERES"



Thriller a la sueca

Desde que tengo que leer comics por un tubo para luego contárselos a mi hijo, y desde que se me acumulan las recopilaciones de música descargada de internet sin que se entere González Sinde, tengo poco tiempo para leer libros. Fenómenos literarios como "El niño con el pijama de rayas" o los últimos éxitos de Ken Follett o Ruiz Zafón me han sido casi totalmente ajenos y sólo me generan auténtico interés cuando se convierten en películas. Eso es lo que me ha sucedido con "Los hombres que no amaban a las mujeres", primer volumen de la trilogía "Millennium" del ya fallecido novelista sueco Stieg Larsson. Desconozco si los otros dos volúmenes que componen dicha trilogía tienen algo que ver con las tramas o los personajes que aparecen en esta primera obra, por lo que voy a limitarme a contaros someramente su trama argumental. Un periodista que se cree incorruptible es condenado a seis meses de cárcel por haber hurgado demasiado en los secretos de cierto poderoso empresario. Mientras se plantea si presentar o no un último recurso que impida su ingreso en prisión, acepta el encargo de investigar el paradero de una joven desaparecida cuarenta años atrás, lo cual le obligará a aceptar la ayuda de una pintoresca hacker junto a la que se sumergirá en una oscura trama de macabros asesinatos de mujeres... Al parecer, los libros de Stieg Larsson han cosechado un tremendo éxito en toda Europa, y es su viuda quien se ocupa ahora de gestionar los beneficios que aún siguen generando. Una característica que me llamó la atención de "Los hombres que no amaban a las mujeres" (cuyo título original debería haberse traducido como "Los hombres que odiaban a las mujeres", lo cual es casi lo mismo pero no es igual) es que no elude ciertos aspectos tremendistas y truculentos que, de haberse tratado de, por ejemplo, una producción standard norteamericana, seguramente se hubieran obviado. Me refiero, evidentemente, al largo episodio de la joven Lisbeth con su pervertido tutor, narrado de modo brutal y casi obsceno, recreándose en la perversión del hombre como pretendiendo clarificar y justificar la actitud y comportamiento de la muchacha. Otra de las ventajas de hallarnos ante una producción europea (sueca, por más señas) y no hollywoodiense, es la interpretación a cargo de desconocidos pero estupendos actores que, algunos de ellos, constituyen verdaderos hallazgos. Me refiero, en primer lugar, a Noomi Rapace, que da vida a una Lisbeth sencillamente inolvidable, frágil y aguerrida a la vez, enternecedora en lo gestual y dotada de un peculiar atractivo difícilmente clasificable. Todo un hallazgo. También me causó muy buena impresión el protagonista Michael Nyqvist, una especie de Jürgen Prochnow en versión algo más joven (tiene 49 años), al que auguro una excelente proyección internacional a partir de ahora. Sí, a veces nos olvidamos de que también en Europa sabemos hacer buen de cine de género, con actores, escritores y técnicos autóctonos que nada tienen que envidiar a sus mucho más famosos colegas de allende al Océano. La factura técnica de "Los hombres que no amaban a las mujeres" resulta más que correcta, orgullosa de su condición de thriller y apoyada en una banda sonora convencional pero muy efectiva. Alguien comentaba a la salida del cine que la película se le había hecho "algo larga", y debo confesar que a mí no me sucedió tal cosa. Más bien al contrario, y, lo que considero más importante, me hizo preguntarme cuántas más subtramas aparecerían en el libro y no llegaron a asomarse a la pantalla, lo que sin duda constituye el germen de un renovado deseo de lectura. A pesar de algunas concesiones a la galería (el villano, una vez descubierto, pierde un tiempo precioso en contarle al héroe con pelos y señales la historia de sus crímenes, lo que permite que, finalmente, reciba su merecido; el malo, en definitiva, paga sus maldades con su vida, y los buenos son premiados por su bondad), me gustó bastante este film que ha dirigido Niels Arden Opley y que apuesto a que, a no mucho tardar, será objeto de un remake a cargo de la cinematografía yanqui, aligerado, eso sí, de sus contenidos más morbosos.

Luis Campoy

Lo mejor: el clima de suspense y los dos protagonistas
Lo peor: el desenlace, lleno de tópicos y excesivamente feliz
El cruce: “El silencio de los corderos” + “Bienvenidos al Norte” + “Femme Fatale”
Calificación: 8,5 (sobre 10)

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