Marta y otras víctimas



No sé si cuando leáis estas líneas habrá aparecido por fin el (presunto) cadáver de la desdichada joven sevillana Marta del Castillo, asesinada (presuntamente) por su ex-novio, Miguel C.D., y/o uno o varios colegas de éste. El asunto se ha tornado de lo más sucio, y no se trata de un chiste fácil acerca del lugar (el vertedero municipal) donde está buscándose ahora el cuerpo. Es horrible el modo en que el (presunto) asesino y sus (presuntos) cómplices han estado toreando a las fuerzas de seguridad, por no hablar del daño inconmensurable que han causado y siguen causando a la familia de la (presuntamente) asesinada (qué coñazo, tener que presumirlo todo, ya que ni los inculpados han sido declarados culpables por un juez y ni siquiera ha aparecido el cadáver de la muchacha). Jarabo, el Arropiero, Antonio Anglés, Tony King, Santiago del Valle y tantos otros seres despreciables constituyen los precedentes de esta nueva generación de aprendices de criminal, cuya deleznable cobardía les hace dirigir su maldad y su perversión hacia las mujeres, cuanto más jóvenes, mejor. Después de hacer que la Guardia Civil y un sinfín de voluntarios se pasasen semanas dragando el río Guadalquivir, el que fuera novio de Marta no sólo reniega de su autoría (atribuyéndosela nada menos que a un menor de edad) sino que varía incluso la localización de los restos mortales de la infortunada, a la que, con la inestimable cooperación de sus coleguitas, ahora dice haber arrojado a un contenedor. Esta misma mañana me hacía una truculenta pregunta, cuya respuesta casi preferiría no conocer: ¿la depositaron entera en el contenedor, en una sola bolsa… o, por el contrario, la descuartizaron y repartieron sus restos en varios embalajes? No quiero ni pensar lo que se complicaría la búsqueda en caso de haberse producido esa última circunstancia. Tampoco creo que la familia Del Castillo haya querido que se les revele ese morboso dato. En cualquier caso, Antonio del Castillo, el padre de Marta, resulta sorprendentemente entero en todo momento, como si fuese perfectamente capaz de controlar cada músculo de su cara y cada timbre de su voz.
Está, obviamente, a años luz (nunca mejor dicho) de Juan José Cortés, el padre de Mari Luz, la niña asesinada el año pasado, y cuyo carisma y conducta se merecen, desde mi punto de vista, la más elevada consideración; ese señor era (es), para mí, un modelo de sincera entereza, de mesura, de equidad, de humanidad. Viéndole interactuar con Rubalcaba, Zapatero y Rajoy, recordaba las turbias maniobras de Fernando García, otro progenitor damnificado por un asesinato, el de su hija Miriam, una de las tres niñas de Alcasser, que se hizo de oro vendiendo exclusivas y que comparecía una noche sí y otra también en el “Mississipi” de Pepe Navarro. De aquel entonces no sólo salió malparado el tal Navarro, sino que la, hasta entonces, respetable Nieves Herrero se hundió en la miseria tras montar un bochornoso espectáculo en la Plaza Mayor de Alcasser, a la que convirtió en una especie de circo donde se glorificaban el morbo y la truculencia.
Otro que no volvió a levantar cabeza (televisivamente hablando) fue el jovial comentarista radiofónico Pepe Domingo Castaño, el animador del Carrusel Deportivo de la Cadena SER, al que se le confió la presentación de un programa de variedades allá por 1993, creo recordar que también en Antena 3. Eran los días en que se hallaba desaparecida una joven llamada Anabel Segura, y, justamente durante la emisión en directo de su espacio de debut, al inefable Pepe Domingo le pasaron una nota diciéndole que Anabel había aparecido, y el tipo, ni corto ni perezoso, se puso a darle efusivamente la enhorabuena a sus familiares… sin haberse tomado la molestia de informarse de que lo que había sido encontrado era el cuerpo sin vida de la chica. Ahí se acabó, quizás para siempre, la carrera de Castaño en la TV, y por meterse en lodos similares casi le cae un multazo a Telecinco, ya que pretendió ponerse no sé qué medalla entrevistando a la actual pareja del ex-novio de Marta, obviando que la entrevistada era menor de edad. El crimen siempre debería ser castigado contundentemente, y hacer negocio a su costa, también.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Este tema describe hasta donde puede llegar el ser humano y más.

Yo no se como los padres de esta criatura pueden soportarlo.

CHAPEAU POR TU ARTICULO, AUNQUE HUBIERA SIDO MEJOR NO TENER QUE ESCRIBIRLO VERDAD?

un gran beso

MARISA
Anónimo ha dicho que…
Este pequeño artículo sólo ejemplifica algunos de los casos más populares de la crónica negra, que reflejan la violencia y el machismo que todavía hay en nuestra España de Carmen Chacón, Bibiana Aído y ZP. Una España que, a veces, con tanto indeseable como hay, desearía que no fuera mi España. Saludos, querida amiga.

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