Orgasmos económicos



Hasta ahora conocíamos los orgasmos convencionales, los de toda la vida, los que surgen como culminación de un coito o relación sexual. Como mucho, habíamos oído hablar, también, de los “orgasmos democráticos” que el socialista Pedro Zerolo afirmaba que solía sentir cuando conocía las sucesivas reformas en materia social llevadas a cabo por su jefe de filas José Luis Rodríguez Zapatero. Ahora, un psicólogo inglés llamado Thomas Pollet ha descubierto los “orgasmos económicos”, ya que cree haber averiguado que el número de orgasmos que una mujer es capaz de sentir va en función de su convicción de que su pareja va a ser capaz de resolver sus problemas económicos. Ya me imagino a la mujer de Bill Gates, o a la de Rupert Murdoch, o incluso a Victoria Beckham, poliorgásmicas perdidas. Este comentario personal es de corte humorístico, pero la aseveración enunciada por el galeno británico no lo es. Al parecer, sobrevive en todos nosotros, tanto hombres como mujeres, un gen de supervivencia que nos impulsa inconscientemente a copular con el fin de asegurar la continuidad de nuestra especie. Por ello (siempre citando las teorías del loquero anglosajón), aun después de tantos millones de años de evolución, no podemos evitar disfrutar más del sexo cuando nuestro acompañante puede proporcionarnos mayores garantías de estabilidad y futuro. “Menuda chorrada”, pensé yo. Ahora resulta que ese elevado porcentaje de mujeres que casi nunca gozan de un orgasmo tiene que echarle la culpa de su anorgasmia a la insolvencia de sus maridos. O que, partiendo de esa misma base, las que disfrutan orgasmos “vaginales” o “clitorianos” son víctimas inconscientes de la crisis económica, que, misteriosamente, les afecta más a unas zonas erógenas que a otras. En otros tiempos, se pensaba que “no existen mujeres anorgásmicas sino hombres inexpertos” (menudo bofetón en los morros para la comunidad lesbiana), y la pionera doctora Shere Hite teorizó, en su famoso Informe, sobre los infalibles efectos orgásmicos del chorro de la ducha hábilmente manipulado. Hay quien piensa que las señoras que no se conforman con uno sino que son capaces de experimentar, uno tras otro, cuatro, seis o hasta una docena de orgasmos seguidos no tienen más remedio que estar fingiéndolos. “Pero ¿fingir para qué?”Pues para que su amante se quede complacido, orgulloso, se sienta muy machote”. Claro. Si Meg Ryan lo bordó en aquel bar de “Cuando Harry encontró a Sally”, cualquier mujer es capaz de hacerlo, ¿no?. En fin, no sé. Nunca me ha gustado pensar que fingir, ni éso ni nada, sea necesario ni positivo en una relación sexual. Creo que, simplemente, unas mujeres tienen más facilidad que otras, lo cual no es ni bueno ni malo. Tal vez, quien sólo alcanza un orgasmo, pero muy intenso, lo disfruta más que quien obtiene siete orgasmitos leves. En cuanto a los hombres, también habrá de todo, pero, fingir, fingir, no conozco a ninguno que lo sepa hacer con propiedad. Gimotear o jadear podemos hacerlo cualquiera, pero un géiser lácteo sólo se emite una vez, y luego hay que irse al descanso con el rabo entre las piernas, a la espera de la resurrección de la carne. Excepto que uno sea John Holmes en sus buenos tiempos, o Rocco Siffredi… o Nacho Vidal. O, si hacemos caso a las teorías expuestas al principio del artículo, que tu compañera de cama sea Alicia Koplovitz, o Madonna… o la Duquesa de Alba. Pero, mire usted, en este último caso, e incluso aunque la supervivencia de toda la especie humana se vaya al garete, mejor quedarse anorgásmico o hasta pitopáusico.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Depende mucho de los sentimientos que uno tenga hacia la pareja. Por ejemplo yo con mi anterior pareja tenía varios y no era por lo económico sino por el amor que sentía y aún sigo sintiendo hacia él. Porque cuando se ama de verdad pueden suceder cosas que uno ni si quiera lo imagina: como los multiorgasmos. YA QUE EL DINERO NO COMPRA EL PLACER.
Anónimo ha dicho que…
Estoy de acuerdo con Cris por que los orgasmos se dan cuando las personas se sienten bien la una con la otra cuando hay amor porque solo así puede haber satisfacción. Porque el dinero no compra la felicidad.
Anónimo ha dicho que…
Estoy de acuedo con ambos (o ambas), como digo en el artículo. Me parece una chorrada éso de disfrutar más del sexo sólo porque de modo inconsciente buscamos protección o respaldo del tipo que sea. Y sí, aunque el dinero compra muchas cosas, no se venden ni el placer, ni la felicidad ni el amor.
Anónimo ha dicho que…
sobre la mujer, sobre el orgasmo hay tanto que decir...hay tantas formas de disfrutar en una mujer...

es tan sensible y complicado a la vez...

yo he pasado por varias etapas, porque todo está en el conocimiento de uno mismo y hacerselo ver o entender a tu pareja.

aun asi la mujer es bastante especial en este aspecto, puedes disfrutar sola o acompañada, con uno o varios orgamos, vaginales y clitorianos a la vez...

y sobre todo y mas importante, si tienes "cosquillas en la barriguita" cuando ves a tu amor, si tu le llevas muy suavemente y te relajas y te abandonas a él... puede ser que todo te lleve esa magnifica sensacion que es tan dificil de definir como es el ORGASMO.

... no tiene nada que ver ni el dinero, ni la posicion, nada de nada, solo las cosquillitas en el estomago, conocer bien tu cuerpo y mostrar a tu pareja por donde tiene que pasear para GOZAR JUNTOS.

Aún asi, puede haber mujeres, que no conozcan el estimulo clitoriano o que tampoco hayan tenido un orgasmo vaginal, pues decirles que nunca es tarde...hay que esperar al principe azul para que conozcas tan magnificas sensaciones inigualables y regaladas a nuestro organismo para disfrutar como locos de y con nuestros amores pero amores de verdad.

UN GRAN BESO PARA MI AMIGO LUIS
@Intimä ha dicho que…
Donde hay amor el sexo es un placer, donde hay otros intereses de por medio el placer se puede convertir en la más dolorosa de las hipocresías.
Sobre la fotografía que has puesto de la escena de una película que citas, recuerdo lo que llegue a reirme con ella.
Un besito.

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