Cine/ "SIETE ALMAS"


Siete libras de puro aburrimiento


No tengo muy claras las equivalencias entre la libra y el kilo(gramo), pero me atrevería a asegurar que, para Will Smith, siete libras valen, casi, casi, lo mismo que veintiún gramos. Al menos ésa debía ser la pretensión del ex–Príncipe de Bel Air cuando aceptó actuar nuevamente para el director de origen italiano Gabriele Muccino, que ya le dirigió hace un año en la lacrimógena “En busca de la felicidad”. "Siete almas” es el título español de “Seven pounds” (literalmente, “Siete libras”), especie de remake encubierto de aquellos “21 gramos” de Alejandro González Iñárritu que tuvieron como estrella a una Naomi Watts que nunca ha sido tan buena actriz. Lamentablemente, Will Smith no ha tenido tanta suerte en esta película edificada para su gloria y lucimiento, pues poco puede lucirse uno cuando su público está bostezando o mirando constantemente la hora (cosa bastante difícil en la oscuridad de una sala de cine, salvo que se eche mano del teléfono móvil). Ben Thomas (Smith) es un inspector de Hacienda dedicado obsesivamente a investigar a determinadas personas (siete en total), con el fin de averiguar si sus comportamientos y actitudes son correctos y sinceros. De una de ellas, una joven cuyo corazón es tan grande que está enfermo y necesita urgentemente un trasplante, acabará enamorándose y decidiéndose a tomar una drástica e irrenunciable decisión. No sé muy bien por qué se me ocurrió ir a ver esta película, pero, si me lo permitís, sí voy a tratar de que vosotros no cometáis mi mismo error. Pocas veces me he aburrido tanto en una sala oscura, y casi nunca, como ese día, había puesto todo de mi parte para echar una cabezadita, que, lamentablemente, no se prolongó más de diez minutos. Como me temo que es poco probable que, en ese ratito que duró mi siesta, el director Muccino lograse invertir la tendencia general del film, me atrevo a dictaminar que “Siete almas” es un tostón de cabo a rabo, una mancha en el curriculum de Will Smith, un “Estrenos TV” que no debería haber encontrado hueco en nuestras pantallas y que, si lo ha hecho, ha sido únicamente por el predicamento de que goza el protagonista de “Soy Leyenda” e “Independence Day”, que, dicho sea de paso, es un tío fenomenal al que la fama no le ha privado de su desparpajo y simpatía naturales. No hay nada en “Siete Almas” que justifique su visión, al menos si hay que pagar por hacerlo: el guión es ñoño a más no poder, los diálogos son torpes como ellos solos y, si acaso, lo único un poco salvable es la fotografía a cargo de Philippe Le Sourd. El tono humanista que pretende otorgarle Gabriele Muccino a su criatura resulta casi risible por lo empalagoso, un recuperado Woody Harrelson parece que aceptó interpretar a un ciego con tal de no ver el ridículo postizo capilar que le han endilgado, y ni siquiera Will Smith raya a gran altura. Una enorme decepción. Un soberano aburrimiento.


Luis Campoy


Lo mejor: no se me ocurre
Lo peor: todo
El cruce: “21 gramos” + “Caballero sin espada”
Calificación: 4 (sobre 10)

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