Políticos con corazón




Diversos acontecimientos acaecidos en estos últimos días nos revelan la faceta más humana de algunos dirigentes políticos de repercusión internacional. Para empezar, y a pesar de que la mayoría de las encuestas le sitúan entre 6 y 12 puntos por encima de su contrincante John McCain, el candidato demócrata a la Presidencia de los USA, Barack Obama, no ha dudado en abandonar la campaña electoral para volar hasta Hawaii, donde se apaga la vida de su abuela, a la que quiere visitar quizás por última vez. Yo entiendo que Obama es humano y humano quiere mostrarse, si bien no tengo muy claro que anteponer sus intereses personales sea, en este instante, lo más conveniente para su carrera, y sin duda los republicanos se lanzarán como lobos a criticarle por “desentenderse” de sus responsabilidades en un momento particularmente crucial, a poquísimos días vista de la cita electoral. Una de sus más acérrimas enemigas, la vicepresidenciable gobernadora de Alaska Sarah Palin, ha creído conveniente cargar a la cuenta de gastos de su partido la fortuna que ha invertido en mejorar su imagen (unos 150.000 dólares en maquillajes, cremas, pintalabios y lacas de uñas), cosa que, con la que está cayendo, debería hacer reflexionar a los sufridos votantes. Yo, desde luego, tengo que reconocer que votaría antes a quien prefiere anteponer los sentimientos al trabajo que a quien aviesamente saca tajada de su proyección pública para pintarrajear su jeta privada. Un poquito más al sur, la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirschner ha provocado un terremoto financiero (otro más) de consecuencias aún imprevisibles, al nacionalizar todos los fondos privados de pensiones, hacia los que manifiesta una notable desconfianza. Tantos años de “corralito” para darse de bruces con un “cristinazo” en toda regla. Paralelamente, las dotes de seductor del presidente francés Nicolas Sarkozy parecen haber hecho sonrojar a la canciller alemana Angela Merkel, que en círculos privados (bueno, no tan privados, porque al final sus palabras han trascendido a la opinión pública) se ha quejado de la excesiva elocuencia gestual del gabacho, cuyas manos, al parecer, son largas y dignas del pulpo Manotas. Vamos, que la Merkel está encantada de que Sarkozy la ame, pero sólo aceptaría que su amor fuese platónico. Zapatero, sin embargo, daría lo que fuera a cambio de que el marido de Carla Bruni le pusiese la mano encima durante la cumbre de líderes mundiales a celebrar el próximo mes de noviembre, pero el odiado George Bush ha decidido que aún tiene que hacerle pagar su ofensa a la bandera de las barras y estrellas y no le ha invitado a la fiesta. Para finalizar, ¿cómo no referirme al ínclito José María Aznar, que ayer se burló de las teorías sobre el cambio climático alegando que es absurdo preocuparse por algo que tan sólo afectaría a nuestros tataranietos? Lo de nuestro afamado ex-presidente (seguramente asesorado por el primo de Rajoy, que tiene más peligro que el de Zumosol) es todo un espectáculo en sí mismo, tan pintoresco que más de uno hace tiempo que dejó de llamarle “Aznar” para bautizarle como “Asnar” (pero sólo porque son incapaces de pronunciar la “zeta”, no vayáis a pensar que estamos insultando a nadie).

Comentarios

Entradas populares de este blog

Banda Sonora: "PIRATAS DEL CARIBE, La Maldición de la Perla Negra"

Recordando a... Supertramp

Carta de Zapatero a Fidel Castro