¿EuroVisión? ¡EuroTongo!

Tanto revuelo organizado en torno a la polémica decisión de RadioTelevisión Española de enviar al festival de Eurovisión a un humorista y no a un cantante… y al final, de la forma más injusta, todo quedó en agua de borrajas. O sea, no es que la ganadora, una Rusia defendida por Dima Bilan, que incluso cantó una canción “de verdad”, no reuniese en sí misma los méritos artísticos que se le (pre)suponen a un concursante que espera regresar a su país con un trofeo bajo el brazo (buena melodía, potente interpretación vocal, correcta puesta en escena); es que da auténtica angustia comprobar, llegado el trascendental momento de las votaciones, cómo las predicciones del insigne José Luis Uribarri se iban cumpliendo prácticamente a la perfección. No nos engañemos: el “Chiki Chiki” de Rodolfo Chikilicuatre (alias David Fernández) es una mierda de canción, de éso no hay duda, pero es que lo más probable es que, ni habiendo llevado a Serrat cantando su “Mediterráneo” (en español, claro está), ni a Sabina con “19 Días y 500 Noches” ni a Montserrat Caballé defendiendo el “Hijo de la Luna” de Mecano (por poner tan sólo tres ejemplos de pedazos de canciones) la cosa hubiera sido muy diferente. El viejo zorro Uribarri no se equivoca: Eurovisión ya no es un concurso en el que imperan criterios relacionados con la calidad o la musicalidad (si es que alguna vez lo fue). Se trata, por el contrario, de una triste verbena en la que poco o nada importa, al final, la primera parte, en la que cada país envía al matadero a un tropel de intérpretes que, en la mayoría de los casos, se dejan la piel entonando melodías que les nacen del corazón; no, lo único importante del certamen es la segunda mitad, la votación en la que todos los paísuchos de nueva creación se votan del modo más vergonzoso los unos a los otros, sin importarles a ninguno la calidad intrínseca de su representación musical. Si es que, escuchando las profecías de Uribarri y teniendo nada más que un poquito de memoria histórica, lo podías ver del todo claro: “Fulanito le tiene que dar sus votos a Menganito y a Zutanito, y Gusanito tampoco se va a quedar sin nada”. Y a continuación va Fulanito y, con más o menos teatralidad, distribuye sus puntos del modo que marca su férreo guión, deudor de criterios sociopolíticos y nunca de auténticas exigencias artísticas. Si, al final, la ganadora es una canción medianamente digna, es tan sólo por pura casualidad. De hecho, mis favoritas, Suecia y Portugal, se quedaron muy alejadas de los puestos de cabeza, y tradicionales pesos pesados del certamen (caso de Alemania, Polonia e Inglaterra, que fue última) ocuparon lo que en fútbol llamaríamos “plazas de descenso”. En cuanto a nuestro Chikilicuatre, pienso que lo hizo muy bien, dentro de sus posibilidades y limitaciones. Entiendo que los más puristas renieguen de este falso reggaetón cómico si se compara con temazos como el “La La La” de Massiel (una gran canción dejando aparte todo lo demás), el “Eres Tú” de Mocedades (para mí, la mejor canción española en la historia de este Festival) o el “Yo soy aquel” del inefable Raphael… o, incluso, sin tener que compararlo, y es que de “canción” tiene poco. Pero también he de reconocer que anoche me senté a ver Eurovisión como hacía cuando era un crío, en compañía de mis padres y de mis hijos, y éso no lo hice ni el año pasado ni el anterior ni prácticamente nunca en los últimos quince años (con la excepción de cuando nos representó la triunfita Rosa), y ésto también hay que tenerlo en cuanta. Esperemos que a algún responsable de este evento, tan integrador en sus pretendidos postulados europeístas como impresentable a la hora de permitir que prime la política sobre la música, se le encienda de una vez por todas la lucecita necesaria e impida, no sé de qué manera, que la Fiesta de la Canción se siga convirtiendo en la Verbena del Choriceo y el Peloteo.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Igual me pasó a mí... recordaba cuando era pequeña, cuando estabamos todos reunidos viendo la tele, con toda la ingenuidad del mundo.

Ahora es distinto, ahora se ha abierto "la Caja de Pandora" y el Festival resulta que es un fiasco en toda su inmensidad.

Se nos queda la cara de tontos, cuando sabemos tanto y podemos remediar tan poco.

Es algo evidente, palpable, indudable, y sin embargo, todos sudando la camiseta por hacerlo mejor cada año y por representar lo mejor que se pueda, cada uno a su pais.

Se nos olvida, que aqui no se votan canciones, ni artistas, se votan paises amigos. Eso esta claro

Ahora a ver quien es el inteligente y listo que tiene las posibilidades de darle al cesar lo que es del cesar, o sea que voten a las canciones y a los artistas y no a los amigos.

un besito.

MARISA

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