La abuelita de Kundera
“La abuelita de Kundera” era una canción de Joan Manuel Serrat incluída en su álbum “Nadie es perfecto”, de 1994. Naturalmente, el título hacía referencia al célebre escritor checo Milan Kundera, autor, entre otras obras, de “La Insoportable Levedad del Ser”, pero la letra no hablaba precisamente de levedades sino de un asunto de considerable peso específico. Se trataba de efectuar un paralelismo entre las circunstancias históricas que envolvían tanto a la antigua Checoslovaquia como a esta querida España nuestra durante las décadas de los años 40 y 50 del siglo pasado. En ambos países gobernaba un régimen dictatorial que había llegado al poder no con el respaldo del sufragio del pueblo, sino con el fragor de las armas de fuego. En ambos países se respiraba en aquella época una aparente sensación de calma y apenas se tenía noticia de sucesos violentos (asesinatos, robos, violaciones, etc.), pero, muchas veces, el hecho de que algo no trascienda, no se convierta en noticia, no quiere decir que ese “algo” no constituya una realidad soterrada. Todo ésto viene a cuento de una conversación de la que fui testigo hace unos días y en la que volvió a aflorar, como florido boomerang ideológico, ese malhadado axioma que reza “Con Franco estábamos mejor”. A mí se me revuelven las tripas cuando, en plena Democracia, alguien manifiesta tan encendido anhelo de unos tiempos afortunadamente pasados en los que sólo los niños, los adeptos al régimen y los conformistas (siempre que fuesen castellanoparlantes, católicos y heterosexuales, claro está), podían desarrollar una existencia normal, mientras que los disidentes (o simplemente opositores), los librepensadores y los homosexuales se veían abocados a la clandestinidad o al exilio. Como venía a decir Serrat (otro damnificado por el franquismo tras exigir representar a España en el festival de Eurovisión… cantando en catalán), es bien cierto que en aquella nación de posguerra apenas trascendían delitos y los que pensaban de modo “distinto” nunca salían a la luz pública, pero ¿de verdad nadie se da cuenta de que lo primero era debido a la implacable acción de la Censura (que purgaba, con desinformación, los pocos fallos que pudieran escapar al omnipresente control policial), y lo segundo, a un potentísimo aparato de represión? Yo creo que muchas de las personas que todavía hoy añoran aquellos tiempos de “paz y felicidad” junto al Caudillo, Carmen Collares, los Martínez-Bordiú y compañía, no se dan cuenta de que, en realidad, lo que añoran no es tanto una era de mayor prosperidad como su propia e irretornable juventud. Y no digo que en aquellos días no hubiese paz y no existiese la felicidad, sino tan sólo que, como sucede en cualquier aspecto de la vida, también para esta percepción ultraoptimista existe una contrapartida bastante menos idílica, la de aquéllos que pensaban y sentían lo que el Antiguo Régimen consideraba que no se debía pensar ni sentir. Vivamos hacia delante, queridos españoles, labremos nuestro porvenir a nuestro gusto y tratemos de superar aquella época mitificada tanto en nuestra memoria como en la de la abuelita de Milan Kundera.
Comentarios
Yo entonces era un niño, sí, y recuerdo perfectamente que no sufrí ningún robo, ninguna falta de respeto, ningún maltrato, ninguna violación.
Sin embargo sí recuerdo cómo, tras la "amnistía general" comencé a sufrir problemas de respeto hacia mi persona, donde mis libertades personales quedaban asfixiadas por la malentendida "libertad" para la acción de todo aquel que pensaba que ancha era Castilla.
Mis padres no eran ricos, ni de derechas. Sólo trabajaban. Desde luego no se reunían en reboticas o sótanos para planear la suelta masiva de panfletos. Pero les fue bien y nada les afectó en aquella época si no fue positivamente.
Todos tenemos nuestra "verdad personal" de acuerdo con lo que hemos vivido.
Un saludo cordial.
Le invito a visitar mi blog : El Galeote Barbarroja. búsquelo en Google, si quiere. Leer otras opiniones no consideradas "dogma de fe" siempre es bueno.
Por cierto, cuando yo era pequeña ya hacía años que se acabo la dictadura y tambien "recuerdo perfectamente que no sufrí ningún robo, ninguna falta de respeto, ningún maltrato, ninguna violación... sin embargo a diferencia de mis padres, pude escogersi quería escoger el catolicismo o no, pude aprender a ser tolerante, a conocer la historia real, he llegado a entrar a la universidad y he llegado a comprender lo que significa la democracia, los derechos y libertades... y como recién doctorada en Derecho he de decir que aquellos que defiende un sistema dictatorial es o porque son extremadamente mezquinos o simplemente ignorantes... lo siento pero no puedo evitar echarme las manos a la cabeza con estas cosas..."seul le pouvoir arrête le pouvoir" Rousseau. El la totalidad del poder no lo puede ostentar una sola persona o un grupo de personas, lo contrario es un sistema primitivo... (actualmente el monopolio politico. social y economico que ejercen los mercados es intolerable)
Nuevamente, gran artículo!!
saludos!