"Líbanos", Señor, de este Gobierno y esta Oposición


Hace unos días fallecieron seis soldados españoles destacados en Líbano. Como era previsible, tan luctuoso suceso no ha pasado desapercibido para nadie, y ha servido para que los unos y los otros, los de siempre, se lancen los trastos a la cabeza con la misma virulencia a la que nos tienen acostumbrados. Los argumentos que les sirven como recíprocas armas arrojadizas son tan cansinos como nada edificantes, a saber: el PP critica al Gobierno por el mantenimiento de los contingentes militares todavía existentes en zonas calientes como el propio Líbano o Afganistán, así como por la torpeza de alguno de los encargados de logística de la accidentada misión (los necesarios inhibidores de frecuencia todavía no estaban instalados), mientras que el PSOE se defiende con el consabido “¿Ah, sí? Pues vosotros lo hicísteis aún peor con la invasión de Iraq y el incidente del Yak-42”. O sea, la política de hoy en día se parece mucho a un tira y afloja digno de cualquier patio de colegio, donde los niños ya están habituados a echarse en cara más o menos demagógicamente cualquier cosa que pueda servir para mancillar el historial o la hoja de servicios del rival. El hecho de que los seis fallecidos recientes participaran en una misión de paz auspiciada por la ONU y no en una invasión violenta e ilegal rechazada por Naciones Unidas (me estoy refiriendo, claro está, a la de Iraq) debería significar un matiz claramente diferenciador entre ambos sucesos, tanto que debería bastar por sí mismo para zanjar cualquier polémica. Sin embargo, las continuas chapuzas que la gestión zapateril está dejando para la posteridad posibilitan la existencia de innumerables fisuras por las que pueden colarse las puyas incansables de los peperos. Lo de los inhibidores (dispositivos que emiten una señal que impide el accionamiento de bombas a control remoto) no deja de ser sonrojante, por cuanto eran los españoles los únicos vehículos carentes de tal mecanismo de seguridad, circunstancia que, tal y como están las cosas, vamos a tardar mucho, mucho en olvidar. Tal vez sea cierto que tenemos lo que nos merecemos, porque una oposición tan machacona y a veces tan impresentable como la de Rajoy & Cía. sólo tiene cabida frente a un Gobierno descafeínado y desprestigiado como el que rige hoy nuestro país. Lo dicho: nuestros políticos son como niños malcriados que se pelean en el patio del colegio.

Comentarios

Ángel ha dicho que…
Líbranos señor, de éstos y de los que están por venir. Pase que no me ayuden, pero que no me jodan la marrana que la tengo ya destrozada.

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