Mi comentario sobre "FIREWALL"
“Firewall” significa en inglés “cortafuegos”, y no se refiere tanto al sistema para extinción drástica de incendios forestales como a un dispositivo informático destinado a impedir que extraños penetren en nuestro ordenador.
Jack Stanfield (Harrison Ford) es jefe de seguridad (informática) de un banco, y, al mismo tiempo, (maduro) padre de una familia compuesta por la esposa, Beth (Virginia Madsen) y dos hijos, una chica adolescente y un niño de 8 años aquejado de diversas alergias. También tiene un perro. Cuando una banda de sofisticados ladrones capitaneados por el despiadado Cox (Paul Bettany) secuestra a su esposa e hijos, Jack descubre lo frágil que es su propia seguridad, y se ve obligado a desfalcar 10.000 dólares de cada uno de los 10.000 mejores clientes de su banco (sí, habéis calculado bien: se trata de un montante de 100 millones de dólares) si quiere recuperar a sus seres queridos…
No quiero ni debo contar ni un solo detalle más del argumento de “Firewall”, entre otras cosas porque no lo considero necesario. Para mí, sólo existió una razón por la que acudí a los minicines Zig Zag de Murcia para ver esta película: Harrison Ford. Aunque han quedado atrás los tiempos en que consideraba que Ford era mi actor favorito, lo cierto es que haber estado al frente de películas que me apasionan como las tres entregas de la segunda trilogía (primera en estrenarse) de “Star Wars”, las tres aventuras de Indiana Jones (se lleva tanto tiempo hablando de una cuarta que ya nadie se lo cree) y un film mítico como “Blade Runner” le siguen convirtiendo, al menos para mí, en algo más que un actor.
He leído algunas críticas acerca de “Firewall”, y lo primero que quiero deciros es que estoy en desacuerdo con la mayoría de ellas. No es cierto que Harrison Ford esté viejo para el papel, no es verdad que resulte poco creíble en su eterno personaje de aventurero a la fuerza, y también es falso que la película sea un thriller del montón, poco menos que una serie “B” con estrella en declive dentro. En el próximo párrafo trataré de desmontar estas tres acusaciones que me parecen erróneas.
No soy el presidente del club de fans de Harrison Ford ni tampoco su manager, pero no creo que el actual compañero de la ex-Ally McBeal Calista Flockhart atraviese un momento de preocupante decrepitud. Obviamente, el tiempo no pasa en balde para ninguno de nosotros, y Ford va a cumplir 64 años. Mas ¿a esa edad ya no puede uno interpretar una película en la que hay cinco ó seis escenas de acción? Yo, personalmente, le aconsejaría vestir de otra manera y también un cambio de peinado, pero ¿qué tiene éso que ver con que su personaje no dé el pego en calidad de experto informático obligado a convertirse en defensor de su familia? Por lo que respecta a la calidad intrínseca de “Firewall”, hay que reconocer que no se trata, por ejemplo de “Unico testigo”·(también con Harrison Ford), pero sí constituye un digno entretenimiento, con una trama algo previsible pero no nunca imposible de creer, y con un ritmo que no decae en ningún momento (y ésto, su mayor mérito, no puede aplicarse a todas las películas que he visto últimamente).
Escrita por el debutante Joe Forte y dirigida por el británico Richard Loncraine (realizador de “Ricardo III” y “Wimbledon”), “Firewall” cuenta en su reparto de secundarios con tres grandes actores en mejor o peor forma (Robert Patrick, correcto; Alan Arkin, prescindible; Robert Forster, pésimo), pero, sobre todo, hay que destacar a dos intérpretes elegidos adecuadamente para arropar a Ford. Virginia Madsen fue una de las mujeres más hermosas en los últimos 80 y primeros 90, pero su carrera languideció progresivamente hasta quedar prácticamente olvidada, hasta que el año pasado “Entre copas” la rescató del olvido y fue incluso nominada al Oscar. Su papel en “Firewall” no puede decirse que sea de mucho lucimiento, pero resulta creíble como esposa leal y madre peleona. Pero si hay que alabar a alguien es, sin duda, a Paul Bettany, un actor en alza que aún está muy lejos de dar lo mejor de sí. A Bettany le hemos visto en “Destino de caballero”, “Una mente maravillosa”, “Master and Commander” y “Wimbledon” (donde también fue dirigido por Richard Loncraine), y el mes que viene podremos verle dando vida a Silas, el villano albino de “El código Da Vinci”. Bettany está perfecto como antagonista atractivo, refinado y nada psicótico; su “Cox” es simplemente un hombre extremadamente inteligente y previsor, que no vacila lo más mínimo a la hora de cometer cualquier atrocidad para conseguir sus fines. Su mirada después de casi provocar deliberademente la muerte del hijo pequeño de Jack (después de haber estado conversando cariñosamente con él), o el modo en que ejecuta a sangre fría a uno de sus propios hombres te dejan helado y revelan contundentemente la mentalidad de este personaje al que el poder devenido del control total y la codicia que, a pesar de todo, constituye su mayor debilidad, caracterizan con estimulante precisión.
No es la mejor película de Harrison Ford ni tampoco el mejor thriller de los últimos años, pero, como mínimo, “Firewall” no aburre y tampoco ofende la inteligencia (bueno, si exceptuamos el último y ridículo plano final de los protagonistas y el perro). Corren malos tiempos para las grandes estrellas del cine de acción de los 80, y tanto Harrison Ford como Bruce Willis, Kevin Costner, Sylvester Stallone (obligado a lucir arrugas y michelines en “Rocky VI”) o el propio Arnold Schwarzenegger (que abandonó su carrera para dedicarse a la política) ya no son lo que fueron, como tampoco lo son los espectadores de cine del siglo XXI, más dispuestos a entretenerse con un aluvión de efectos visuales generados por ordenador que a participar de una trama de acción que pretende entretener sin dejar de ser mínimamente realista.
Calificación: 7,5 (sobre 10)
Luis Campoy
Jack Stanfield (Harrison Ford) es jefe de seguridad (informática) de un banco, y, al mismo tiempo, (maduro) padre de una familia compuesta por la esposa, Beth (Virginia Madsen) y dos hijos, una chica adolescente y un niño de 8 años aquejado de diversas alergias. También tiene un perro. Cuando una banda de sofisticados ladrones capitaneados por el despiadado Cox (Paul Bettany) secuestra a su esposa e hijos, Jack descubre lo frágil que es su propia seguridad, y se ve obligado a desfalcar 10.000 dólares de cada uno de los 10.000 mejores clientes de su banco (sí, habéis calculado bien: se trata de un montante de 100 millones de dólares) si quiere recuperar a sus seres queridos…
No quiero ni debo contar ni un solo detalle más del argumento de “Firewall”, entre otras cosas porque no lo considero necesario. Para mí, sólo existió una razón por la que acudí a los minicines Zig Zag de Murcia para ver esta película: Harrison Ford. Aunque han quedado atrás los tiempos en que consideraba que Ford era mi actor favorito, lo cierto es que haber estado al frente de películas que me apasionan como las tres entregas de la segunda trilogía (primera en estrenarse) de “Star Wars”, las tres aventuras de Indiana Jones (se lleva tanto tiempo hablando de una cuarta que ya nadie se lo cree) y un film mítico como “Blade Runner” le siguen convirtiendo, al menos para mí, en algo más que un actor.
He leído algunas críticas acerca de “Firewall”, y lo primero que quiero deciros es que estoy en desacuerdo con la mayoría de ellas. No es cierto que Harrison Ford esté viejo para el papel, no es verdad que resulte poco creíble en su eterno personaje de aventurero a la fuerza, y también es falso que la película sea un thriller del montón, poco menos que una serie “B” con estrella en declive dentro. En el próximo párrafo trataré de desmontar estas tres acusaciones que me parecen erróneas.
No soy el presidente del club de fans de Harrison Ford ni tampoco su manager, pero no creo que el actual compañero de la ex-Ally McBeal Calista Flockhart atraviese un momento de preocupante decrepitud. Obviamente, el tiempo no pasa en balde para ninguno de nosotros, y Ford va a cumplir 64 años. Mas ¿a esa edad ya no puede uno interpretar una película en la que hay cinco ó seis escenas de acción? Yo, personalmente, le aconsejaría vestir de otra manera y también un cambio de peinado, pero ¿qué tiene éso que ver con que su personaje no dé el pego en calidad de experto informático obligado a convertirse en defensor de su familia? Por lo que respecta a la calidad intrínseca de “Firewall”, hay que reconocer que no se trata, por ejemplo de “Unico testigo”·(también con Harrison Ford), pero sí constituye un digno entretenimiento, con una trama algo previsible pero no nunca imposible de creer, y con un ritmo que no decae en ningún momento (y ésto, su mayor mérito, no puede aplicarse a todas las películas que he visto últimamente).
Escrita por el debutante Joe Forte y dirigida por el británico Richard Loncraine (realizador de “Ricardo III” y “Wimbledon”), “Firewall” cuenta en su reparto de secundarios con tres grandes actores en mejor o peor forma (Robert Patrick, correcto; Alan Arkin, prescindible; Robert Forster, pésimo), pero, sobre todo, hay que destacar a dos intérpretes elegidos adecuadamente para arropar a Ford. Virginia Madsen fue una de las mujeres más hermosas en los últimos 80 y primeros 90, pero su carrera languideció progresivamente hasta quedar prácticamente olvidada, hasta que el año pasado “Entre copas” la rescató del olvido y fue incluso nominada al Oscar. Su papel en “Firewall” no puede decirse que sea de mucho lucimiento, pero resulta creíble como esposa leal y madre peleona. Pero si hay que alabar a alguien es, sin duda, a Paul Bettany, un actor en alza que aún está muy lejos de dar lo mejor de sí. A Bettany le hemos visto en “Destino de caballero”, “Una mente maravillosa”, “Master and Commander” y “Wimbledon” (donde también fue dirigido por Richard Loncraine), y el mes que viene podremos verle dando vida a Silas, el villano albino de “El código Da Vinci”. Bettany está perfecto como antagonista atractivo, refinado y nada psicótico; su “Cox” es simplemente un hombre extremadamente inteligente y previsor, que no vacila lo más mínimo a la hora de cometer cualquier atrocidad para conseguir sus fines. Su mirada después de casi provocar deliberademente la muerte del hijo pequeño de Jack (después de haber estado conversando cariñosamente con él), o el modo en que ejecuta a sangre fría a uno de sus propios hombres te dejan helado y revelan contundentemente la mentalidad de este personaje al que el poder devenido del control total y la codicia que, a pesar de todo, constituye su mayor debilidad, caracterizan con estimulante precisión.
No es la mejor película de Harrison Ford ni tampoco el mejor thriller de los últimos años, pero, como mínimo, “Firewall” no aburre y tampoco ofende la inteligencia (bueno, si exceptuamos el último y ridículo plano final de los protagonistas y el perro). Corren malos tiempos para las grandes estrellas del cine de acción de los 80, y tanto Harrison Ford como Bruce Willis, Kevin Costner, Sylvester Stallone (obligado a lucir arrugas y michelines en “Rocky VI”) o el propio Arnold Schwarzenegger (que abandonó su carrera para dedicarse a la política) ya no son lo que fueron, como tampoco lo son los espectadores de cine del siglo XXI, más dispuestos a entretenerse con un aluvión de efectos visuales generados por ordenador que a participar de una trama de acción que pretende entretener sin dejar de ser mínimamente realista.
Calificación: 7,5 (sobre 10)
Luis Campoy
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