Comic: "ASTONISHING X-MEN 8"
“Astonishing X-Men” es una de las pocas series de mutantes que compro en la actualidad. Mi presupuesto está limitado y no puedo embarcarme en la adquisición de tantos títulos como me gustaría, pero cuando ví, en la librería “Historietas” de Murcia, el primer número de la colección, volví a caer cautivado por el arte de John Cassaday, uno de esos dibujantes capaces de sobrevivir a casi cualquier entintador. En aquel primer momento, obviamente, no pude paladear las excelencias del guión a cargo de Joss Whedon, pero no era necesario: me lancé a la piscina, enamorado de los dibujos de Cassaday… y ya vamos por el número 8 y todavía no me he arrepentido.
A pesar de que no soy un experto en el tema, estoy más o menos familiarizado con el universo mutante, aunque en otra colección cuya segunda serie acaba de comenzar su andadura en Panini, “X-Men: El Fin” (de ésta hablaremos en otro momento) sí me confieso perdido en más de una ocasión, ante la proliferación de personajes para mí desconocidos. Por fortuna, Whedon, guionista televisivo (creador de la conocida serie “Buffy, la cazavampiros”) y cinematográfico (con proyectos realizados como “Serenity” y otros en curso como “Goners”) utiliza como eje central de su “Astonishing X-Men” a algunos de los hombres y mujeres X más reconocibles, como Cíclope, Lobezno, la Bestia, Kitty Pryde o un resucitado Coloso, además de una ex – villana como Emma Frost, que, de repente, ahora aparece en el lado de los buenos, y además ocupando dos puestos clave: por un lado, dirige la Escuela de Jóvenes Talentos en sustitución del profesor Xavier y, por el otro, duerme junto a Scott Summers/Cíclope en el lado de la cama que quedó vacío tras la ¿muerte? de Jean Grey. Se nota que a Joss Whedon le gusta la Frost (qué demonios, y a cualquiera que vea cómo de sexy y despampanante la dibuja Cassaday), y la posibilidad de que antes o después resurja en ella cierta atracción por el “lado oscuro” no deja de resultar atractiva. Además, la trama urdida en estos primeros números (la aparición de una cura para el gen mutante) es ciertamente apasionante, aunque no deja de resultarme desagradable (por increíble en un contexto, digamos, realista) la socorrida participación de extraterrestres, esta vez del planeta Breakworld.
Eso sí, el golpe de efecto de la terrorífica aparición del centinela y la revelación de que es la propia Sala de Peligro el nuevo y letal enemigo de los mutantes constituyen un par de grandiosos alicientes para la adquisición de este octavo episodio de “Astonishing X-Men”, que termina con una preciosa ilustración de una aterrorizada pero rutilante Emma Frost.
A pesar de que no soy un experto en el tema, estoy más o menos familiarizado con el universo mutante, aunque en otra colección cuya segunda serie acaba de comenzar su andadura en Panini, “X-Men: El Fin” (de ésta hablaremos en otro momento) sí me confieso perdido en más de una ocasión, ante la proliferación de personajes para mí desconocidos. Por fortuna, Whedon, guionista televisivo (creador de la conocida serie “Buffy, la cazavampiros”) y cinematográfico (con proyectos realizados como “Serenity” y otros en curso como “Goners”) utiliza como eje central de su “Astonishing X-Men” a algunos de los hombres y mujeres X más reconocibles, como Cíclope, Lobezno, la Bestia, Kitty Pryde o un resucitado Coloso, además de una ex – villana como Emma Frost, que, de repente, ahora aparece en el lado de los buenos, y además ocupando dos puestos clave: por un lado, dirige la Escuela de Jóvenes Talentos en sustitución del profesor Xavier y, por el otro, duerme junto a Scott Summers/Cíclope en el lado de la cama que quedó vacío tras la ¿muerte? de Jean Grey. Se nota que a Joss Whedon le gusta la Frost (qué demonios, y a cualquiera que vea cómo de sexy y despampanante la dibuja Cassaday), y la posibilidad de que antes o después resurja en ella cierta atracción por el “lado oscuro” no deja de resultar atractiva. Además, la trama urdida en estos primeros números (la aparición de una cura para el gen mutante) es ciertamente apasionante, aunque no deja de resultarme desagradable (por increíble en un contexto, digamos, realista) la socorrida participación de extraterrestres, esta vez del planeta Breakworld.
Eso sí, el golpe de efecto de la terrorífica aparición del centinela y la revelación de que es la propia Sala de Peligro el nuevo y letal enemigo de los mutantes constituyen un par de grandiosos alicientes para la adquisición de este octavo episodio de “Astonishing X-Men”, que termina con una preciosa ilustración de una aterrorizada pero rutilante Emma Frost.
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