Rocío


A veces el destino juega sus cartas de manera insospechada y caprichosa. Sólo así se entiende que dos artistas llamadas “Rocío”, dos mujeres relacionadas con el mundo del espectáctulo, enfermaran simultáneamente de cáncer. Claro que la trascendencia y repercusión de sus respectivos procesos oncológicos no ha sido ni mucho menos la misma. Una de ellas ha sido izada en vida al altar de la devoción popular, casi pugnando por ocupar el vacío dejado hace 11 años por Lola Flores. La otra, no sé si por voluntad propia, ha permanecido extrañamente al margen de todo.

Creo que todo el mundo (incluído vuestro seguro servidor) se enteró el otro día de que Rocío Jurado, hospitalizada en Houston desde hacía semanas, iba a ser devuelta a España, con unas extremas medidas de seguridad dado su delicado estado de salud. Apuesto a que muchos no pudimos evitar pensar que se trataba de un último viaje, tal vez porque la célebre tonadillera deseaba morir en su país. Lo cierto es que, mientras todo el mundo hablaba de Rocío Jurado, Rocío Dúrcal fallecía el sábado, casi en silencio y prácticamente olvidada por todos.

Nacida como María de los Angeles Heras Ortiz (“Marieta” era como la llamaban sus amigos y familiares), tenía 61 años y cimentó su popularidad en la década de 1960, con una serie de películas de discutible calidad pero de innegable repercusión popular. Ya en aquellos trabajos cinematográficos interpretaba algunas canciones y realizó sus primeros pinitos en la música, pero no fue hasta mediados de los 70 cuando su estrella refulgió con brillo cegador, gracias a su colaboración con compositores como Augusto Algueró y, sobre todo, el mexicano Juan Gabriel. Durante bastantes años, sus rancheras sonaron por doquier, y sorprendía no sólo su torrente de voz sino el hecho de adaptarse tanto a un estilo de canción mariachi que desde entonces la convertiría en su Reina.

¿Por qué se ha seguido tan de cerca la evolución de Rocío Jurado y se ha pasado tan de puntillas sobre el deterioro físico de Rocío Dúrcal? Es muy sencillo: la primera es más “mediática” que la segunda. ¿Acaso la Jurado tenía (tiene) mejor voz que la Dúrcal? ¿Acaso su belleza era (es) superior? ¿Acaso sus acérrimos fans la querían (la quieren) más de lo que los devotos de la Dúrcal (incluso allende los mares) adoraban a su estrella? No, no creo que se trate de nada de ésto. Simplemente lo que ocurre es que Rocío Jurado tuvo (tiene) una existencia más “pública” y, por ende, más “publicitada”. Mientras que Rocío Dúrcal llevaba casada 31 años con Antonio Morales (“Junior” en aquel dúo musical en el que también militaba Juan Pardo), Rocío Jurado se casó primero con un exboxeador (Pedro Carrasco), del que luego se separó, para contraer nuevas nupcias con un torero (Ortega Cano). Rocío Dúrcal tuvo 3 hijos, Antonio, Carmen y Sheila, de los que yo tan sólo he oído hablar a raíz de sus más o menos fallidos intentos de desarrollar un conato de carrera artística en el terreno de la música o la interrpetación. En cuanto a Rocío Jurado, de todos es conocido el circo que la ha venido rodeando durante años, cimentado no sólo en torno a sí misma y a su exmarido y a la nueva esposa de éste (Raquel Mosquera), sino a su hija Rociíto, al exmarido de ésta (el no menos “carismático” Antonio David Flores, guardia civil por más señas) y a las nuevas parejas de cada uno de los miembros y exmiembros del clan.

Lo cierto es que la fama, la popularidad y la celebridad se construyen demasiado frecuentemente a partir de elementos ajenos a la profesión de quien es objeto de tales manifestaciones, por lo cual dentro de unos años será difícil o casi imposible saber si la dimensión de un artista tuvo que ver con la estricta dimensión de su arte… o más bien se basó en la envergadura de los escándalos que lo rodearon. ¿Y no es triste que esto tenga que ser así…? En cualquier caso, descanse en paz Rocío Dúrcal… y recupérese satisfactoriamente (si ello es humanamente posible) su tocaya Rocío Jurado.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Yo particularmente,he tenido familiares muy directos fallecidos por esta enfermedad.

Mi padre murio de cancer de pulmón, hace treinta años (él tenia 46 años) y mi hermana fallecio de cancer de pancreas (el mismo que Rocio Jurado)hace diez años.(ella tenia 41)

Dos maravillosas personas que nos dejaron roto el corazón a mí,y a ese ejemplo de mujer soportando la vida, que es mi madre.

Yo, en aquella época,nunca hubiera pensado que hoy, en la actualidad, y con los medios y conocimientos que tenemos,íbamos a estar peor que nunca con respecto al Dichoso y maldito mal.

Alguien ha observado... ¿Que un dia podamos ser devorados todos por la mas terrorifica de las enfermedades como es el CANCER?

Se que se estan haciendo muchos progresos con respecto a la cura de la enfermedad... pero me parece a mi, que va mas rapido como ataca y a cuantos devora sin contemplacion de edades, ni excelencias,ni bondades... sobre todo da la casualidad que siempre elige a los mejores. (por lo menos en mi caso)

Mi Hermana y mi Padre eran dos seres llenos de vida, excepcionales...eran amigos,compañeros de trabajo.Desde aqui mi pequeño homenaje a estos dos seres,que un dia se fueron,pero que desde entonces siempre me acompañan y siempre estaran conmigo dentro de mi corazón.

¡MENOS MAL QUE CON ESO NO PUDO EL CANCER!

Entradas populares de este blog

Banda Sonora: "PIRATAS DEL CARIBE, La Maldición de la Perla Negra"

Recordando a... Supertramp

La historia de Village People