Mi comentario sobre "VOLVER"


“Ay, ay ay ay… Qué trabajos nos manda el Señor: levantarse y volverse a agachar…” Al son de esta canción (“El coro de las espigadoras” de la zarzuela “La Rosa del Azafrán”), comienza la nueva y esperadísima película de Pedro Almodóvar, titulada escuetamente “Volver”. Tres mujeres (dos hermanas y la hija adolescente de una de ellas) se afanan en la limpieza de una lápida, mientras un travelling recorre el cementerio del pequeño pueblo en el que las dos primeras se criaron. Se trata de Raimunda (Penélope Cruz) y Sole (Lola Dueñas), hijas de la fallecida Irene (Carmen Maura), a las que acompaña Paula (Yohanna Cobo), hija de Raimunda. En el cementerio se encuentran con Agustina (Blanca Portillo), amiga de la infancia cuya existencia ha continuado ligada al microcosmos pueblerino del que no desea escapar. Cuando van a visitar a su vieja tía Paula (Chus Lampreave), lo primero que perciben es que, a pesar del precario estado de salud de la casi ciega anciana, su casa está en perfecto estado, y no es difícil sentir una extraña presencia en el ambiente. Preocupada por la soledad en que vive su tía, Raimunda regresa a la sórdida realidad de su piso en la ciudad, donde su marido Paco (Antonio de la Torre) acaba de perder su empleo y entre nubes de cerveza presta demasiada atención a la floreciente adolescencia de Paula. Un hecho violento altera la existencia de estos personajes, y cuando Agustina llama para comunicar que la tía Paula ha fallecido, Raimunda se excusa y ruega a su hermana que asista al entierro en su nombre. En un fantasmagórico clima de pesadilla, Sole, efectivamente, acude sola al pueblo, pero no regresa sola de él...

Existe una especie de conjura alrededor de “Volver”, en el sentido de que los críticos y comentaristas eluden revelar la naturaleza del personaje que desempeña Carmen Maura. Yo tampoco pretendo desvelar tan inconfesable secreto, pero sí diré que su papel es largo y no se limita a fahshbacks retrospectivos. Precisamente el regreso de esta actriz al universo de Almodóvar era uno de los platos fuertes de esta película, como también la vuelta de Penélope Cruz a la cinematografía hispana, tras una prolongada ausencia debido a su flirteo con el cine yanqui. Sin embargo, el duelo Cruz/Maura no es ni mucho menos la razón de ser última del film, ya que, en la mejor tradición del director manchego, el protagonismo está lo bastante repartido como para que todas sus actrices tengan sobradas oportunidades de lucimiento.

Rodada con una acertada y muy bien conseguida atemporalidad, la película refleja cómo los personajes protagonistas continúan atrapados por el ambiente caduco y opresivo del pueblo en el que nacieron. Los peinados, el vestuario, los decorados principales e incluso el coche parecen proceder de otra época, a pesar de que en la lápida del principio puede leerse que el personaje de Carmen Maura falleció en el año 2002 y de que en el film aparecen algunos (inevitables) teléfonos móviles. Por lo demás, el look y la atmósfera resultan deliberadamente setenteros, como si el director pretendiera rendir homenaje a una década que le marcó particularmente.

“Volver” es, por encima de todo, un film “de” Almodóvar (y disculpadme que escriba semejante perogrullada, pero es que pocas veces ha sido tan evidente como ahora), y, como tal, mantiene intactas las constantes de su filmografía: mezcla de géneros (comedia y drama, y aquí incluso algunas gotitas de terror), diálogos habilidosamente construídos, actores (en este caso, sólo actrices) en estado de gracia dirigidos con mano maestra, y el habitual perfeccionismo visual (deslumbrante e inigualable tratamiento del color, imaginativa utilización del atrezzo y los decorados) de nuestro director más internacional. No obstante, sí quiero dejar constancia de un error que tiende a repetirse con demasiada frecuencia en el último cine español: la utilización del aséptico sonido de estudio en perjuicio del originalmente grabado. En este sentido, durante el primer tramo de la película tengo que confesar que me costó entrar completamente en ella, debido al pésimo autodoblaje. Aunque hayan sido las propias actrices quienes se doblan a sí mismas, en muchos momentos se nota que los labios se mueven a ritmo diferente que la voz, y ello provoca un efecto distanciador. Personalmente, en mis dos (modestísimas) experiencias como realizador aficionado, siempre estuve dispuesto a restarle calidad al sonido final con tal de preservar la pureza de la interpretación de los actores.

El cine de Pedro Almodóvar se ha ido puliendo película tras película, y, sin perder sus rasgos de estilo, sí es cierto que ha sabido equilibrar sus constantes argumentales. No soy homófobo, ni mucho menos, pero he de decir que me incomoda la manera en que, en otras ocasiones, el realizador ha otorgado un provocador protagonismo al fenómeno gay, rodeándolo en muchas ocasiones de una aureola de vodevilesca chabacanería. Su anterior trabajo, “La mala educación”, en el que Gael García Bernal y Fele Martínez daban rienda suelta a su insaciable promiscuidad (homo)sexual, se me hizo más bien desagradable, y lo digo del modo más respetuoso que puedo. Por el contrario, y a pesar de que en “Volver” los hombres con actitudes “demasiado” heterosexuales son presentados como los villanos de la función, me resultó más fácil simpatizar con los cuatro personajes femeninos protagonistas (a la joven Yohanna Cobo no la incluyo, porque su papel no tiene la relevancia de los otros y su actuación no pasa de discreta; no obstante, por méritos propios subirá directamente al olimpo de las “lolitas” de nuestro cine). Penélope Cruz, además de estar más guapa que nunca, con un cierto aire de maggiorata (no es casual la inclusión de unas imágenes de Anna Magnani en “Bellissima”), demuestra que sabe sacar su talento cuando es necesario, y que los directores que la han dirigido en Hollywood han desaprovechado a una estupenda actriz que con Almodóvar compone uno de sus mejores papeles, tanto en el plano dramático como en el cómico, aunque, éso sí, brilla con mayor intensidad en este último terreno (y la aplicación del famoso culo postizo que luce en el film me parece absolutamente innecesaria). Carmen Maura regresa al lado de Almodóvar después de 17 años, y, aunque su talento no ha disminuído, me resultó bastante triste el recordar que en su última colaboración juntos (“Mujeres al borde de un ataque de nervios”) era todavía la “chica” de la película y ahora, al volver, lo hace convertida en “la madre de la chica”… aunque el envejecimiento de la actriz (patente en los numerosos planos en que aparece sin maquillar) es tan notorio que igual podría pasar por su abuela. En cualquier caso, el señorío de Maura, interpretativamente hablando, me hizo comprender de golpe que se trata de una de las dos ó tres mejores actrices del cine español. Lola Dueñas (que destacó en “Mar Adentro”) compone un personaje inequívocamente secundario, si bien lo hace con una dulzura y capacidad de asombro que provoca la total simpatía del espectador. Pero la gran revelación de “Volver”, al menos para quien ésto suscribe, se llama Blanca Portillo. Trascendiendo un papel marcado a priori por un físico nada favorecedor, la actriz de la serie “Siete vidas” exhibe un registro desconocido y su “Agustina” resulta divertida y conmovedora, enérgica en su debilidad y sobrecogedora en su entereza. Chapeau, Blanca.

Me ha gustado “Volver”. No tanto como “Todo sobre mi madre”, “Tacones lejanos” o “Mujeres al borde de un ataque de nervios”, mis tres films favoritos de Almodóvar, pero sí muchísimo más que, por ejemplo, “La flor de mi secreto”, “Carne trémula” o “La mala educación”, por poner sólo tres ejemplos de lo que para mí constituyen los pequeños o grandes fracasos del director manchego en los últimos años. Destacar, una vez más, la estupenda partitura de Alberto Iglesias, que subraya a la perfección la comedia, el melodrama y el terror; la fotografía del gran José Luis Alcaine, que utiliza de forma admirable la luz y el color, con especial mención a las escenas que transcurren en casa de Lola Dueñas, la secuencia del velatorio de Chus Lampreave y, sobre todo, la iluminación sobrenatural de la última aparición del personaje de Carmen Maura, que homenajea a “Vértigo” de Hitchcock y ya había sido parafraseada en “Abre los ojos” de Alejandro Amenábar; y, nuevamente, el cameo de Agustín Almodóvar, productor y hermano del director, que interpreta al dependiente de una ferretería. En mi opinión, la película hubiera necesitado un final algo más resolutivo o contundente, pero ese pasillo que se oscurece gradualmente (tal vez como se extingue la vida en los pequeños pueblos perdidos en el túnel del tiempo) tampoco es mal colofón para este tratado sobre la vida y la muerte, la venganza y la culpa, la sencillez de lo rural y la artificiosidad de lo urbano, la tendencia del hombre al abuso sexual y la dignidad y la supervivencia de la condición femenina.


Calificación: 8,5 (sobre 10)

Luis Campoy

Comentarios

Sigo diciendo... que no me gusta Penélope Cruz y que no voy a pagar por ver a la petarda esa que es (en mi opinión) tan mala actriz ;P Pero muy buena la crítica
Anónimo ha dicho que…
Soy una admiradora nueva tuya.
Me llamo Cari. Me gusta como escribes. y solo por eso ire a ver la pelicula. Aunque ya casi se de que va. Leyendote parece que la he visto.

Eres un chico sensible y buen redactor de criticas cinematograficas. Que tengas muchas suerte y adelante. Asi empiezan los buenos criticos

un beso.
CARY
Gema ha dicho que…
Hola Luis,
yo no soy muy cinéfila, no puedo opinar mucho en este tema de lleno, porque me faltan bastantes argumentos como para saber que decir al respecto, me fascina leer en vuestros blogs al respecto, porque se os ve grandes apasionados al cine a unos cuantos.
Saludos
Anónimo ha dicho que…
¡Ay, ay, ay, ay!,... no se que me gusta más, si la película, o tu espectacular crítica sobre VOLVER.

A veces intuyo cuando escribes (no con la cabeza) sino con el corazón, y este es uno de los casos.

Si Almodovar te leyera, te llevaba contigo de Adjunto a la Dirección. ¡Eres sorprendente Luis!.

No tengo palabras...
Anónimo ha dicho que…
Un saludo para todos los que firmáis con vuestro nombre, y también para los anónimos. Y, Cari, me agradaría que, después de haber visto la peli, me comentaras qué te ha parecido. Saludos.

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