Cine actualidad/ “FIRST MAN (El primer hombre)”


De la ciudad de las estrellas a la Luna

"That's one small step for man, one giant leap for mankind"(“Es un pequeño paso para un hombre, pero un salto gigante para la Humanidad”).  Esas fueron, textualmente, las famosas palabras que pronunció el astronauta norteamericano Neil Armstrong (1930-2012) cuando, recién alunizado el Apolo 11 en el Mar de la Tranquilidad el día 20 de Julio de 1969, se convirtió en el primer hombre que pisó la faz de la Luna.  First Man” (“El primer hombre”) cuenta el modo en que aquella misión logró alcanzar, no sin innumerables vicisitudes, la superficie lunar.

La carrera como director de largometrajes del joven Damien Chazelle (33 años) se inició en 2014 con la fabulosa, magistral “Whiplash” (extensión de un corto suyo de igual título), y se afianzó gracias al apoteósico triunfo de su posterior “La La Land” (“La ciudad de las estrellas”), una película sensiblemente inferior a su predecesora pero que sin embargo gozó de un inusitado apoyo popular.  Con “First Man”, Chazelle se aleja radicalmente de la temática musical en la que hasta ese momento se había especializado, y aborda la carrera espacial de una manera seria y dramática… demasiado seria y demasiado dramática.

Neil Armstrong era, al parecer, un hombre serio y reservado, traumatizado por una terrible pérdida familiar que, de alguna manera, le hizo encerrarse en sí mismo y afrontar la existencia desde una actitud de inexpresiva frialdad.  Pues bien, toda la película parece contagiarse de la personalidad del personaje central, y en innumerables momentos me quedé boquiabierto (para mal) ante los hieráticos comportamientos de Armstrong, a quien da vida un sosísimo e inexpresivo Ryan Gosling.  O sea, yo puedo aceptar que un personaje se conduzca de una determinada manera, pero ni el actor protagonista tiene por qué parecer un témpano de hielo durante la mayor parte del tiempo, ni la totalidad del largometraje tiene por qué estar narrado tan desapasionadamente como si se tratase de la crónica de un velatorio.  Basta con unos pocos ejemplos para explicar apropiadamente lo que digo:  las muerte de los compañeros (y amigos) de Armstrong están narradas con una lejanía y una asepsia desoladoras, como si se tratara de simples desconocidos para él;  cuando, descendiendo sobre la Luna, Gosling (su doblador, en la versión española) pronuncia la famosa frase con la que da inicio este artículo, lo hace con el mismo énfasis que si estuviera recitando la lista de la compra del super;  y cuando, ya en pleno paseo lunar, se supone que el realizador debería mostrarnos la reacción del protagonista ante aquel sobrecogedor panorama, lo único que vemos es la escafandra en la que se refleja el paisaje selenita (un recurso ya utilizado en la escena onírica de "Apolo 13").

Otra cosa que me hizo desconectar de “First Man” fue la banda sonora de Justin Hurwitz (compinche habitual de Chazelle y compositor de las canciones de “La La Land”), que a veces parece que acompaña a la película de la sala de al lado pero que, justamente cuando más épica debería sonar (en la secuencia de la anhelada aproximación a la Luna), se pierde en un repetitivo bucle de notas que ensombrece la magnificencia del instante.

Fría, desapasionada y poco o nada apasionante, “First Man” se beneficia de un excelente apartado técnico en el que sobresalen la fotografía, el diseño de producción y, por encima de todo, el montaje, cuyos innegables logros consiguen que un film de ciento cuarenta y un minutos al menos no se haga nada pesado.

Luis Campoy

Lo mejor:  el envoltorio técnico, especialmente el montaje
Lo peor:  la frialdad y falta de emotividad con los que está narrada;  el hierático Ryan Gosling
El cruce:  “Elegidos para la gloria” + “Apolo 13”
Calificación:  6,5 (sobre 10)

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