Cine actualidad/ "CREED"

Viejos golpes, nuevos guantes

El otro día, un amigo me decía que las películas de “Rocky” eran para él “un pecadillo inconfesable”.  Y es que, desde que John G. Avildsen dirigiera la primera entrega allá por 1976, seis nuevos films han ido engrosando la saga, aunque cada uno de ellos con desigual fortuna, siendo alguno directamente deplorable (“Rocky V”), otros demasiado repetitivos (“Rocky II”) y el resto, más o menos apañadas continuaciones que nunca han rayado a tan alto nivel como la primera.  Sin embargo, en el imaginario popular parece que se ha instalado la errónea convicción de que toda esta cadena es tan floja como el más flojo de sus eslabones, y nada más lejos de la realidad.

Aunque mucha gente no lo sepa (o no lo quiera saber), el primer “Rocky” se alzó con los Oscar a la Mejor Película y al mejor Director (Avildsen), y Sylvester Stallone estuvo nominado en las categorías de Actor protagonista y autor del Mejor Guión Original  Su compromiso con el personaje del tozudo boxeador Rocky Balboa, “El potro italiano”, ha sido total y absoluto desde el principio, habiendo llegado a ponerse tras las cámaras en los episodios II, III, IV y VI de la franquicia.  Cuando estrenó la sexta parte, “Rocky Balboa”, Stallone decidió que allí se acababa su relación con su mítica creación, y, probablemente, así hubiera sido de no entrometerse un joven realizador, Ryan Coogler, declarado fan de la saga y que le suplicó que volviera a subirse al ring…  aunque sólo fuera para dar el espaldarazo de salida al nuevo protagonista de una pretendida serie de spin-offs.

Rocky Balboa, el antiguo campeón de boxeo de Filadelfia, se ha retirado del mundillo pugilístico y ahora se limita a regentar su restaurante “Adrian”, llamado así en honor a su fallecida esposa.  Un buen día, recibe la visita de un joven que se hace llamar Donnie Johnson, quien le pide que le entrene para llegar a ser un gran boxeador.  Lo cierto es que el tal Johnson esconde un secretillo, ya que su nombre real es Adonis Creed, hijo ilegítimo del gran Apollo Creed, el mayor rival y posteriormente mejor amigo de Rocky…

La verdad es que “Creed” es a la saga de “Rocky” exactamente lo mismo que “El despertar de la Fuerza” ha supuesto para la de “Star Wars”.  No sólo la séptima entrega (qué casualidad, ¿no?), sino una continuación extremadamente respetuosa con el original, tanto que sus postulados son tan idénticos que nunca se sabe cuándo deja de ser una secuela y cuándo se convierte en un remake más o menos evidente.  En el caso que hoy nos ocupa, el director Ryan Coogler ha confesado que él y su padre son fans acérrimos de la franquicia, razón por la cual no ha parado de insistir tanto a Stallone como a los productores originales Irwin Winkler y Robert Chartoff (este último fallecido hace pocos meses) para que le permitieran realizar “Creed”, basándose en un guión propio que pretendía reverdecer los viejos laureles al tiempo que actualizar sus postulados, adecuándolos al siglo XXI.

Hay que admitir que la jugada le ha salido redonda a Coogler.  No sólo ha conseguido que Stallone vuelva a implicarse a fondo, sino que ha sabido abrillantar los ya manidos oropeles de un modo que ahora relucen casi como nuevos.  Porque, por muy bien que esté “Creed” (y lo está), no deja de ser una reformulación de “Rocky” en todos sus aspectos:  un joven airado y tenaz, empeñado en hacer del boxeo su vida, apoyado por un viejo entrañable y enfrentado a un rival mucho más curtido y formidable.  Incluso se ha mantenido prácticamente la misma estructura, se repiten gadgets como el chándal de Rocky o los calzones de Apollo Creed, y se reversionan secuencias completas como el entrenamiento callejero y múltiples planos del combate final.  Lo que acabo de decir no llega a resultar molesto sencillamente porque el cariño y respeto de Coogler llegan adecuadamente al espectador, y los aciertos de lo nuevo se complementan adecuadamente con los réditos de lo viejo.  Una simbiosis casi perfecta en la que destacan tanto el joven Michael B. Jordan (que aquí se redime de su fiasco como la Antorcha Humana en la última versión de “Los 4 Fantásticos”) como un carismático Sylvester Stallone, que aquí sabe explorar más sus debilidades que su fortaleza, y por ello está a las puertas de levantar su primer Oscar como actor (secundario).  No creo que realmente lo merezca, pero para Hollywood sería como saldar una deuda con un hombre que les ha hecho ganar billetes a espuertas, y eso también cuenta.

Luis Campoy

Lo mejor:  la actualización de los viejos esquemas
Lo peor:  el deja vu de volver a presenciar los viejos esquemas una vez más
El cruce:  “Rocky” + “Rocky III” + “Rocky Balboa”

Calificación:  7 (sobre 10)

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