Cine actualidad/ “EL BECARIO”


Aprendiz a los setenta

Está considerado uno de los mejores actores del mundo, y lleva cuatro décadas situado entre los más populares. Me estoy refiriendo, claro está, a Robert De Niro (Nueva York, 1943), un intérprete tan talentoso como excesivamente prolífico.  Porque lo peor que puede reprochársele al joven Vito Corleone de “El Padrino II” es su facilidad a la hora de aceptar cualquier tipo de papel, incluso los que están a años luz de aquellos a los que por prestigio y merecimiento podría fácilmente aspirar.  De Niro es un poco como Woody Allen:  rueda como mínimo una película al año, encadenando una con otra sin solución de continuidad, a diferencia de otros grandes astros como Al Pacino o Daniel Day Lewis, mucho más meticulosos en la selección de sus roles.

En “El Becario”, De Niro encarna a Ben Whitaker, un jubilado de 70 años a quien se le ofrece la posibilidad de trabajar como aprendiz en una empresa de comercio electrónico dirigida por una joven emprendedora al borde de un ataque de nervios.  Como era previsible y como ya anticipan los trailers, el talludito becario se erigirá en soporte vital para la jefa, que aprenderá que en la vida hay cosas mucho más importantes que el trabajo.

En la dirección de “El Becario” tenemos a una vieja conocida como es Nancy Meyers, veterana (65 años) guionista, productora y también realizadora, autora de comedias como “¿En qué piensan las mujeres?” o “Cuando menos te lo esperas”.  Dentro de su tono afable y coloquial, Meyers vuelve a las andadas de su cine, que se caracteriza por la construcción de historias sencillas basadas en el desarrollo de los personajes.  Por tanto, no hay que esperar en “El Becario” ningún tipo de audacia autoral, ningún estilismo exacerbado, ningún alarde de montaje:  Meyers alecciona a los actores y luego los libera, dejándoles hacer y filmándoles mientras se transforman en sus personajes.  A decir verdad, tampoco se requieren tormentosas horas de concienciación para ser actor de un film de Nancy Meyers:  basta con saberse los (estupendos) diálogos, decirlos con acierto y desplegar ese talento que, como el valor en la mili, se les presupone.

No pasará a la historia “El Becario”, entre otras cosas porque no lo pretende.  Su estética no difiere mucho de la de un telefilm de lujo, su mensaje es simplista a más no poder (se está mejor activo que jubilado;  mejor acompañado que solo;  y mejor compartiendo el éxito con la familia, aunque haya que perdonar cualquier ofensa) y tampoco sus intérpretes ofrecen composiciones de Oscar.  Pero hay algo en ella (su simpatía a flor de piel, su optimismo primario, su facilidad para caracterizar a los personajes de un solo plumazo) que te predispone a su favor, que te hace sonreir sin sentir que te están tomando por tonto.  Y esto, incuestionablemente, se agradece hoy en día, sobre todo cuando en la pantalla deambulan De Niro, Anne Hathaway y una recuperada y bellísima Rene Russo.

Luis Campoy

Lo mejor:  la dirección de actores y el trabajo de éstos
Lo peor:  acaba demasiado pronto, dejando algunas tramas secundarias sin finalizar
El cruce:  “Cuando menos te lo esperas” + “Al filo de la noticia” + “Los becarios”

Calificación:  7 (sobre 10)

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