Cine actualidad/ ·”EL HOBBIT: La desolación de Smaug”

Enanos, lagos y dragones

He visto la primera entrega de “El Hobbit”, “Un viaje inesperado”, exactamente tres veces:  dos en el cine y una en Blu-Ray, y las tres veces, en diferentes momentos de su extenso metraje, me agité nervioso en el asiento e incluso mis ojos pugnaron por entrecerrarse…  Con la segunda parte de la trilogía, “La desolación de Smaug”, he de decir que, sorprendentemente, el sopor o el tedio no hicieron acto de presencia por parte alguna…

El ya no tan ingenuo hobbit Bilbo Bolsón, el mago Gandalf el Gris, el heredero del trono de Erebor, Thorin Escudo de Roble, y la comunidad de trece enanos que les acompañan continúan su viaje en pos del terrible dragón Smaug y el indescriptible tesoro que custodia….  Orcos, elfos, hombres de la Ciudad del Lago y cierto sáurido hiperdesarrollado tendrán no poco que ver en sus épicas aventuras….

Al igual que sucediera 13 años atrás y tras la deserción como director del previsto Guillermo del Toro, el neozelandés Peter Jackson ha vuelto a ocuparse de poner en escena este relato de J.R.R. Tolkien, precuela de “El Señor de los Anillos” y cuya versión cinematográfica dividida en tres capítulos de tres horas de duración cada uno, se rodó de una tacada hace ya año y medio, con vistas a estrenarse a razón de un film por año.  El problema es que el libro original de “El Hobbit” tiene poco más de 300 páginas y para expandirlo hasta ser el sustrato de tantas y tantas horas de proyección, ha habido que adulterarlo y atiborrarlo de situaciones y personajes que originariamente no aparecían.  En esta segunda película, este hecho es aún más evidente, sobre todo para los más iniciados en el universo tolkieniano.  De todas formas, hay que reconocer que pasan más cosas, hay más escenarios, se desarrollan más tramas y subtramas y la acción es mucho más fluída.  Quizás por eso, y porque no soy un fanático ni un purista, un servidor se lo pasó mucho mejor con este segundo film, igual de bien rodado y montado que los cuatro anteriores, aunque ostensiblemente más ligero, quizás contagiado por el espíritu original del cuento, que era más bien infantil.

Además de los ya conocidos Martin Freeman (Bilbo), Ian McKellen (Gandalf) y Richard Armitage (Thorin) –me niego a enumerar aquí y ahora los nombres de los otros 13 enanos y los de los actores que los encarnan-, se incorporan a la franquicia Luke Evans como Bardo, Evangeline Lily como la elfa Tauriel, Stephen Fry como el Alcalde de la Ciudad del Lago, y se registra el triunfal regreso de un maquilladísimo Orlando Bloom dando vida de nuevo al ágil Legolas.

Paradigma del cine familiar, “El Hobbit:  La desolación de Smaug” sobrevive sin problemas a sus casi 180 minutos de proyección y constituye un entretenimiento total que traerá los mejores recuerdos a quienes disfrutaron de “El Señor de los Anillos”.

Luis Campoy

Lo mejor:  el sentido de la aventura, la fotografía, la música
Lo peor:  la trama que se desarrolla en la Ciudad del Lago
El cruce:  “Las Dos Torres” + “Dragonheart” + “Waterworld”

Calificación:  8 (sobre 10)

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