Oscar y los Argonautas


La ascendente progresión de Ben Affleck como director quedó parcialmente consolidada anoche, cuando su película “Argo” fue elegida por los Académicos de Hollywood como la mejor del año.  He dicho “parcialmente” porque, de modo incomprensible, Affleck no había sido nominado como realizador.  Quien alzó la estatuílla en este apartado fue el taiwanés Ang Lee, en un intento de la Academia por reforzar la carrera comercial de “La vida de Pi”, una fábula metafísica tan aparente como, en el fondo, vacía.  Al derrotado Steven Spielberg, multinominado por su sobria “Lincoln”, no se le notó para nada decepcionado;  a sus 66 años, el creador de “E.T.” tiene una inmaculada aureola de triunfador que nunca le abandonará, sucedas lo que suceda en el futuro.  Además, su protagonista, Daniel Day-Lewis, masacró a sus rivales, en el apartado actoral más claro de las últimas décadas.  



Menos obvio fue el inesperado galardón a la rubicunda Jennifer Lawrence, que cubría la cuota asignada a la americanísima “El lado bueno de las cosas”;  no debía tenerlas todas consigo Lawrence, cuando se cayó con todo el equipo mientras subía a recoger a Tío Oscar.  Vestida con un atuendo elegido a ultimísima hora, la magnífica Anne Hathaway de “Los Miserables” hizo realidad el sueño que soñó, aunque quizás se trataba de un sueño demasiado erótico porque el vestido le empitonaba los pechos como si estuviese erecta de gozo.  Gozoso respiré yo cuando uno de mis favoritos, el portentoso Christoph Waltz, se convertía en Mejor Actor Secundario.  Me encanta Waltz, es lo mejor de “Django desencadenado” (seguido a no mucha distancia por DiCaprio), y el hombre ha hecho pleno:  dos pelis con Tarantino…  dos Oscars.  Por cierto que el amigo Quentin se encontró con un premio quizás no del todo esperado, recompensa a sus chispeantes diálogos desmitificadores.  Para mitos, una increíble Jane Fonda, rutilante de amarillo;  aunque la palma se la llevó Charlize Theron, la más guapa entre las guapas.  Y ¿de qué iba disfrazada la pobre Melissa McCarthy?  La actriz, clon de Rosie O’Donnell, redondeaba sus formas ya generosas con el atuendo más inoportuno, mientras que la pequeña Quvenzhané Wallis (“Bestias del sur salvaje”) lucía orgullosa el minivestido azul que le había robado a la Reina de Lilliput.  El broche de oro, en una noche en la que estaban en la sala personalidades como Spielberg, De Niro, Dustin Hoffman o Barbra Streisand, lo puso desde la Casa Blanca la negrita Michelle Obama, con lo cual el alegato anti islamista de “Argo” recibía un espaldarazo institucional demasiado evidente.  Las sonrisas las puso el iconoclasta de moda, Seth McFarlane, creador de “Padre de familia” y de “Ted” y que, sin llegar a la inspiración pasada de Billy Crystal, al menos no hizo el ridículo como el insoportable James Franco.  Lo mejor de todo:  el número musical “One Day More!” que interpretaron los actores de “Los Miserables” y que llenó de emoción y arte el Teatro Dolby de Hollywood…

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