Cine actualidad/ "SIN IDENTIDAD"





¿Soy o no soy?



Vería cualquier película en la que apareciese Liam Neeson. Junto con Russell Crowe, Denzel Washington y el casi mítico Jack Nicholson, Neeson conforma el cuarteto de mis actores favoritos. Eso no quiere decir que todas sus películas me parezcan buenas, ni muchísimo menos. Es simplemente que me creo cualquier interpretación que realice este señor, que me cuesta muy poco empatizar (e incluso simpatizar) con él, que, incluso cuando los comportamientos o actitudes de algunos de sus personajes son poco éticos y difícilmente justificables, hay algo en él que inspira cierta condescendencia.
En "Sin identidad", Liam Neeson interpreta a un médico norteamericano que, nada más llegar a Alemania en compañía de su esposa, sufre un aparatoso accidente de coche y, como consecuencia del mismo, queda en coma. Cuando despierta, es incapaz de recordar los últimos acontecimientos y, lo que es peor, ni su esposa ni ninguna de las últimas personas con las que cree haberse relacionado parecen reconocerle, encontrándose con que otro hombre que ni se le parece ha usurpado su personalidad hasta las últimas consecuencias…



No es novedoso el tema de la amnesia en el cine, ni tampoco lo de la aparente conspiración en la que cree hallarse envuelto el héroe de la función cuando de repente su percepción de sí mismo y de la realidad se ve radicalmente alterada. Todos recordamos títulos como "El caso Bourne", "Alarma en el expreso" o "Plan de vuelo: desaparecida", y, en este sentido, "Sin identidad" no es nada innovadora. Si acaso, aporta el pequeño aliciente de la dificultad idiomática (el protagonista se expresa en inglés pero sus interlocutores lo hacen en alemán) y, éso sí, insufla poderosas escenas de acción que impiden que uno se pierda en sesudas disquisiciones mentales.



"Sin identidad" no es ni aspira a ser un thriller psicológico como el título de Alfred Hitchcock citado anteriormente, sino más bien una especie de continuación apócrifa de "Venganza", anterior trabajo de Neeson, en el que el actor también viajaba por Europa repartiendo estopa. Además, su ágil narración pasa de largo por los numerosos aspectos inverosímiles de la historia, que se asienta, como es normal en estos casos, sobre casualidades pilladas por los pelos y da por buenas no pocas circunstancias imposibles, culminando en un final feliz sonrojante. El director a cargo del proyecto ha sido el español Jaume Collet-Serra, al que conocemos por "La casa de cera" y "La huérfana", ambos thriller terroríficos. Es innegable que este hombre sabe trabajar el suspense y la tensión, y aquí además nos sorprende con una competente dirección de actores, entre los que encontramos a Diane Kruger, January Jones y Aidan Quinn. Como siempre me gusta reivindicar, hay que estar atentos a dos secundarios de ésos que por sí mismos justifican el visionado del film. En este caso, Frank Langella y, sobre todo, un encantador Bruno Ganz se llevan el gato al agua, y la escena que comparten es, de largo, la mejor de la película.



Luis Campoy



Lo mejor: Bruno Ganz y Frank Langella


Lo peor: la artificiosidad del desenlace, el final exageradamente feliz


El cruce: "El caso Bourne" + "Plan de vuelo: desaparecida" + "The Tourist" + "Salt"


Calificación: 7 (sobre 10)

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