El pulpo tuvo razón

Mala época para aquéllos que odian el fútbol, para quienes detestan leer la crónica de un éxito deportivo.... ¿Cómo no hablar de lo sucedido anoche, ese suceso que nuevamente, pero más todavía, mucho más, llenó las calles de vehículos enarbolando banderas y desgarrando el quasi silencio con sus cláxons; las aceras, de una marea humana teñida de rojo; y las fuentes, de una horda de húmedos y felices energúmenos contemplados sonrientes por la Policía? Parece que, como sucediera hace un par de años, los agoreros que predecían que España iba a llegar a la cúspide del balompié no andaban del todo desencaminados. El mismísimo pulpo Paul, cuyo vaticinio se ha cumplido irrefutablemente, debería temer ahora por su cefalópoda integridad, pues algunos de sus compatriotas ya pretenden sacrificarlo para convertirlo en complemento para su huída cervecera en pos de la amnesia... Estos alemanes tienen motivos sobrados para temernos, e incluso para odiarnos. En la Eurocopa les batimos en la Final, y ahora les hemos apeado del Campeonato cuando estaban a punto de acceder a la misma... Yo no las tenía todas conmigo, ni pensaba que España era ni mucho menos favorita. De todos los partidos que he podido ver durante esta Copa del Mundo, los que más me habían gustado habían sido los de Alemania, especialmente el que determinó la derrota de Inglaterra. Esa superselección encabezada por Klose, Schweinsteiger, Müller, Podolski y el deseado Ozil, con el técnico Joachim Low sempiternamente vestido de azul desde el banquillo, nos salió ayer con más respeto que ganas, con más miedo que convicción. Fue otra Alemania, y lo bueno fue que, cuando quiso ser ella misma, los nuestros ya no le dejaron. El fútbol desplegado por los Del Bosque Boys se pareció al que acuñó Luis Aragonés hace un bienio, y sólo puede reprochársele la involuntaria racanería en el resultado. Echo de menos más goleadas, más aplastante superioridad. Sí, España fue mejor, y éso lo reconocen hasta los periódicos germanos, pero yo soy un poco antiguo y prefiero que la superioridad se patentice también en el marcador, donde un solitario golito se antoja un tanto insuficiente, con la polémica de al menos un par de penalties dudosos que el árbitro no quiso considerar. Pero bueno, ganamos, y, sí, durante muchos minutos, dio gusto vernos jugar. Todos estuvieron bien, pero ¿cómo no destacar a Puyol? El Gran Capitán del Barça, a quien sus compañeros, en homenaje al fallecido Andrés Montes, continúan llamando "Tiburón", marcó el gol de la victoria, de un modo parecido a como consiguió uno de los 6 que el Barcelona endosó al Real Madrid el día 2 de Mayo de 2009. La cabeza de Carles fue providencial… en todos los sentidos. Al acabar el encuentro, él fue el primero en ir a saludar a los rivales, lógicamente abatidos, demostrando una exquisita deportividad. Del Bosque sorprendió a propios y extraños con la ausencia del eternamente reivindicado Torres y la presencia no de Llorente, Cesc o Navas, sino de Pedrito, don Pedro Rodríguez, el delantero culé que este año había marcado en todas las competiciones habidas y por haber. Pedro hizo un partidazo, y sólo un mamoneo de ésos que provocan sonrojo (malogró una oportunidad de gol por habérselo querido hacer él solito sin ceder el jabulani a Torres, libre de marca) desvirtuó un poco su modélica actuación. Claro que hay que ser un poco condescendiente: ¿os imagináis el récord Guinness si llega a marcar un gol también en un Mundial…? Yo soy un culé confeso y acérrimo, pero a veces me da reparo que en una alineación de la Selección concurran tantos jugadores azulgranas. Ayer, Puyol, Piqué, Busquets, Xavi, Iniesta, Pedro y Villa fueron titulares. 7 de 11. Que sí, que el Barça es probablemente el mejor equipo del mundo, pero ¿no es excesiva responsabilidad, para lo bueno y para lo malo, acaparar tanto protagonismo? Si ganamos (¡los 7 goles que hemos anotado en esta Copa los han materializado pupilos presentes o futuros de Pep Guardiola!), el mérito es para el colectivo, pero ¿y si hubiéramos perdido por un error “catalán”…? No quiero ni pensarlo... En fin, lo importante es que esos chavales vestidos de rojo sobre un campo de Sudáfrica no sólo contagiaron su forma de vestir a toda una nación, sino que produjeron una tremenda felicidad a un país sumido en una crisis que el domingo puede verse todavía un poquito más olvidada... durante unas horas.




 

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
yo vi el partido...jajaja me imagino que como casi todo el resto de los mortales.

y sabes que me pareció?

que era una pelicula de buenos y malos, y como siempre en los finales de las peliculas ganan ¡LOS BUENOSSSSSSS!

¡FELICIDADES POR ESE MUNDIAL TAN MERECEIDO!


y a ti como siempre, un abrazo amigo

MARISA
Expediente X ha dicho que…
Expediente X desvelado por el pulpo jeje!! >_-

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