Cine / "EXPIACION"


EL AMOR, LOS CELOS Y LA CULPA

Durante el caluroso verano de 1935, la joven e imaginativa Briony Tallis, que a la edad de 13 años acaba de terminar su primera obra de teatro y está enamorada del hijo del ama de llaves de su lujosa mansión, cree percibir una actitud pecaminosa entre éste y su propia hermana Cecilia. El cocktail de imaginación desbordante e irreprimible despecho ante un amor adolescente no correspondido provoca una serie de dramáticas consecuencias que cambiarán para siempre la existencia de Briony y de quienes la rodean...

Este es, a grandes rasgos, el argumento de "Expiación", la nueva película conjunta de Joe Wright (director) y Keira Knightley (actriz protagonista) tras la maravillosa "Orgullo y Prejuicio". Poco o nada tienen en común ambos films aparte de la presencia de dos de sus artífices, pues lo que en la obra basada en la novela de Jane Austen era romanticismo bucólico pespunteado con logradas dosis de comedia, aquí se trueca en puro drama al borde de la tragedia y con elevados niveles de arrepentimiento y culpabilidad.

"Expiación" constituye una sorpresa. Sorprende, sobre todo y ante todo, la sabiduría cinematográfica de su director, capaz no sólo de contar una historia sino de crear una auténtica obra de arte, pintando y retratando a sus personajes y a su entorno con una paleta llena de colores y un pincel tan embellecedor en lo estético como incisivo en lo humano. Si los primeros quince minutos apabullan con esa tan consabida hermosura de la campiña británica, la media hora subsiguiente es un prodigio de narración dramatúrgica aposentada en el gesto y la mirada o, más aún, en lo mostrado y lo imaginado, en lo evidenciado y lo simplemente entrevisto. La perfección de cada uno de los planos y la extraordinaria interpretación de los actores (sutil, introspectiva e interiorizada pero tan fácil de entender como diez páginas de diálogo) nos brindan treinta minutos de Cine con mayúsculas que, lamentable pero lógicamente, no podían tener continuidad, no al mismo nivel. A partir del estallido de la Guerra, la historia y la narración se adocenan un poco, se hacen más previsibles, incluso sobrevuela, pasajeramente, la peligrosa sombra del aburrimiento, cosa que, con todo, resulta felizmente superada merced al sorprendente giro final.

Independientemente de la cosecha de Oscars que mañana mismo pueda bendecirla, "Expiación” merece la pena por sí misma, por navegar unas aguas (las del dramón post-victoriano servido con sentimiento y calidad) no por transitadas demasiado concurridas, por utilizar las armas estrictamente cinematográficas (la imagen y la música) con particular vehemencia sobre el soporte literario (la novela de Ian McEwan) que le sirve como punto de partida, y por obligar al espectador a que se involucre totalmente en una trama que no siempre es lineal. Tampoco hay que dejar de lado el buen hacer de su elenco protagonista, desde una Keira Knightley más desgarrada y desgarradora que nunca hasta un estupendo James McAvoy que después de este trabajo va a ir directo al estrellato, sin olvidar, tampoco, la original partitura musical de Dario Marianelli, cuyo tema principal utiliza como base rítmica el tecleo de la máquina de escribir de la joven escritora que provoca una tragedia y pasará el resto de su vida tratando de expiar una culpa que tendrá que vencer, también, con las armas de su imaginación.

Luis Campoy

Lo mejor: La fotografía, la música, la dirección, James McAvoy.
Lo peor: El drástico cambio de tono durante la segunda mitad.
El cruce: “Emma” + “El Paciente Inglés”
Calificación: 9 (sobre 10)

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