Demasiados fantásticos

Supongo que, dejándose influenciar subliminalmente por el inminente estreno (pasado mañana) de la segunda entrega de las aventuras cinematográficas protagonizadas por cierto cuarteto superheroico surgido de las revistas Marvel, algún hincha poco inspirado se apresuró a bautizar como “Los Cuatro Fantásticos” a la conjunción de los delanteros mediáticos que van a vestirse de azulgrana la próxima temporada: Ronaldinho Gaúcho, Samuel Eto’o, Leo Messi y Thierry Henry. No hay que ser un experto para darse cuenta de que alinear a cuatro delanteros no sólo requiere un talante ultramegaofensivo (lo cual no es la característica básica del entrenador Frank Rijkaard), sino que, lógicamente, desguarnece las otras posiciones, ya que si a once le quitamos uno y a diez le quitamos cuatro, sólo quedan seis puestos para repartirse, y el técnico holandés se ha caracterizado por utilizar un esquema de 4-3-3 (cuatro defensas, tres centrocampistas y tres delanteros), y en contadas ocasiones un 3-4-3, pero nunca, que yo recuerde, un 3-3-4. O sea: uno de los cuatro mediáticos atacantes deberá asumir la suplencia como quien asume silenciosamente las hemorroides. Pero los “problemas” (si es que disponer de varios de los mejores delanteros del mundo puede considerarse un problema) no terminan ahí. Resulta que, al menos en esta pretemporada que ahora se desarrolla en tierras niponas, el amigo Rijkaard está dando oportunidades a dos jóvenes canteranos surgidos del descendido Barcelona-B, Bojan Krkic (premio para el que consiga pronunciar correctamente este apellido) y Giovani Dos Santos (a quien algunos medios de comunicación se empeñan en denominar “Giovanni Dosantos”), además de a otros dos arietes a todos los efectos desahuciados, como son Maxi López y Santi Ezquerro. Lo cierto es que, sin haber visto juntos a Ronaldinho, Eto’o, Messi y Henry, uno puede sacar fácilmente dos conclusiones: primera, que la aportación del recién llegado Henry está siendo más bien simbólica o prácticamente nula; y segunda, que son precisamente los jóvenes Bojan y, sobre todo, Giovani, quienes, con su sola presencia en el campo, revolucionan el equipo y, además, consiguen materializar los goles. Digámoslo claro: este Barcelona 2007-2008 ha tirado por la borda los 24 millones de euros que ha pagado por “Tití” Henry, un gran tipo que ha vivido épocas gloriosas cuando militaba en el Arsenal, pero que está a punto de cumplir 30 añitos y cuya fortaleza, agilidad y puntería nada están teniendo que ver con la de los muchísimo más jóvenes Giovani y Bojan, que son el auténtico futuro del ataque barcelonista salvo que algún desgraciado considere que hay que hacer caso al gurú metomentodo Johan Cruyff, empeñado en que lo mejor es cederlos a otro equipo para que vayan “rodándose”. ¿Qué diablos?. Yo digo que, para que otro club disfrute de su talento, mejor que lo haga el Barça, aunque Henry e incluso Eto’o tengan que aburrirse de chupar banquillo.

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