Inseguridad víal


Es casi inmoral reducir el dolor a una fría estadística, pero quiero hacerme eco del balance final de la operación especial de Tráfico de la Semana Santa 2007, que se cerró el otro día con un resultado simplemente descorazonador: ciento seis (106) muertos en ochenta y cuatro (84) accidentes. Si nos atenemos a la fría asepsia de los números, habría que estar incluso contentos, porque el pasado año los muertos fueron cuatro más, 110, pero eso significa únicamente que los nuevos mecanismos son tan sólo un poquito menos malos que los de antes. El tan cacareado carnet por puntos no ha sido la solución mágica y definitiva que quisieron vendernos, y el incremento de agentes de tráfico y la subida de las multas tampoco ha mejorado mucho las cosas. Todos hemos oído historias acerca de conductores irresponsables que han perdido todos sus puntos en un día, y yo aún recuerdo haber escuchado en la radio la hazaña de un personaje que fue sorprendido por un radar cuando circulaba en estado de embriaguez y a una velocidad de 260 kmts. por hora (el doble de lo permitido), como consecuencia de lo cual fue condenado a la ridícula pena de seis meses de prisión, que seguro que no llegó a cumplir. Algo está fallando, y tiene mucho que ver con la pésima educación víal de los españoles, la mayoría de los cuales todavía cree que los potentes vehículos que compra están diseñados para hacer carreras en la autovía. Las multas no asustan a nadie (bueno, a mí, sí; hace poco tuve que pagar una que no me llegó en su momento, aunque el hecho de no haberla recibido no me eximía de ser embargado por Hacienda), y los Guardias Civiles de tráfico parecen haber sacado matrícula de honor en algún cursillo de invisibilidad. Tampoco la última campaña publicitaria de la DGT ha resultado muy eficaz, y no me extraña: los spots eran pedantes, teatrales y soporíferos, con un doblaje que tiraba de espaldas. Prefiero aquellos tan duros de hace un par de años, los que mostraban con toda crueldad los accidentes más virulentos; eso sí nos metía el miedo en el cuerpo, y no la posibilidad de perder unos puntitos de nada.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
YO NO SÉ, SI LA NORMA DE LOS PUNTOS ES BUENA O MALA...PERO UN EJEMPLO CERCANO ESTÁ EN MI SOBRINO.
CLARO QUE QUIZÁ SEA POR LOS AÑOS (QUE YA HA CUMPLIDO ALGUNO MÁS)
PERO ANTES ERA EN LA CARRETERA UN DESASTRE Y AHORA, EL MUCHACHO SE COMPORTA...

PIENSO SI HA OCURRIDO EN ALGUN JOVENCITO MÁS ESTE HECHO, Y YÁ ME DOY POR SATISFECHA.

COMO SIEMPRE,

BESITOS

MARISA

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