Cine: mi comentario sobre "EL MOTORISTA FANTASMA"
El éxito de una película genera automáticamente la producción de una secuela. Aquí, en Lima y, naturalmente, en Hollywood. El éxito de un film adscrito a un determinado género o subgénero determina que, durante los años siguientes, tengamos la suerte (o, casi siempre, la desgracia) de poder disfrutar no una sino varias producciones vinculadas a la misma temática. Sucedió con “·Sin Perdón”, que posibilitó que durante algunos años se volvieran a rodar algunos westerns; ocurrió con “Gladiator”, que permitió que las películas “de romanos” se pusieran fugazmente de moda; y también con “Spiderman” (2002), gracias a la cual los comics saltaron de nuevo con éxito al celuloide, después de años en el ostracismo gracias al fracaso estrepitoso de la cuarta entrega de Batman (“Batman y Robin”, 1997). Después de “Spiderman” (y sus dos continuaciones, la última de las cuales llega a los cines el próximo mes de Mayo), un montón de historietas se han vestido de cine, con más o menos medios, con mayor o