Las Hogueras de San Juan

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Image Hosted by ImageShack.usNo sé si lo he dicho alguna vez en este espacio, pero soy alicantino (“borracho y fino”, como dijo el poeta), nacido y criado en el corazón mismo de la hermosa Alicante, capital de la provincia del mismo nombre. Dependiente jurisdiccionalmente de la vecina Valencia, sede del Gobierno autonómico de la Generalitat, “Alacant” (dicho en la lengua vernácula de la zona) conoció en los años 20 del siglo pasado el advenimiento de un festejo popular que se convertiría en el acontecimiento anual más importante de la villa y pedanías. Se trataba de “Las Hogueras de San Juan” (en valenciano, “Les Fogueres de Sant Joan”), tradición importada de Valencia por el recordado D. José María Py, que se inspiró en las Fallas para adaptar su idiosincrasia al sentir alicantino.

Básicamente, las “Hogueras” de la época clásica (hasta los años 80) eran más o menos claros sucedáneos de sus hermanas mayores las Fallas. Se trataba de enormes monumentos de cartón piedra, cuyas figuras (“ninots”) constituían caricaturas de contenido crítico o alegórico que reflejaban la actualidad social, política o cultural. De aquel primer período podemos destacar a artistas como Ramón Marco o, muy especialmente, Gastón Castelló, que escribieron páginas de oro en base a su impresionante talento escultórico. A partir de los primeros años ochenta, surgen artistas innovadores como Pedro Soriano, que redefinen el concepto de “Foguera” y conciben estructuras mucho más estilizadas y ligeras, en muchos casos de estética neoclásica o modernista. Es la época en la que despuntan las “Hogueras experimentales”, en cuyo terreno se curtirán los nuevos constructores que tomarán el relevo a finales de los noventa, tales como Francisco Granja, Paco Juan o Pedro Espadero.

Hasta ahora he hablado únicamente de las “fogueras” propiamente dichas, pero la fiesta alicantina es mucho más que esos monumentos que se plantan, uno en cada barrio o distrito, el día 20 de Junio (en mis tiempos, era el 21, por cierto, día de mi Santo) y se queman entre emocionados acordes musicales a partir de las doce de la noche mágica del día 24, conocida como la “Cremá”. Alrededor de esas efímeras obras de arte se ha ido entretejiendo todo un universo de actos lúdicos y culturales, que incluyen todo tipo de actividades: elección de la reina de las fiestas, conocida como “Bellea del Foc” (Belleza del Fuego) y su cortejo de Damas de Honor, entre las Belleas representativas de cada distrito fogueril; exposición de un “ninot” (muñeco o grupo escultórico) de cada hoguera para que el público, mediante votación popular, lo indulte, salvándolo de la quema y enviándolo al recientemente inagurado Museo de Hogueras; pasacalles tempraneros (llamados “despertás”) que tienen como finalidad hacer que los trasnochadores salten de la cama y se incorporen a la “festa”; tremebundas “mascletás” que se celebran durante los días 21 a 24 en la castiza Plaza de los Luceros; diversos desfiles y cabalgatas con participación local, nacional e incluso internacional, entre los que destacan la Ofrenda floral a la patrona de la ciudad, la Virgen del Remedio, y el espectacular Desfile Folklórico de la Provincia; corridas de toros con los mejores espadas del firmamento taurino; y, ¿cómo no destacarlo?, la celebración de verbenas nocturnas en cada distrito fogueril en el seno de locales al aire libre llamados popularmente “racós” o “barracas”, en algunos de las cuales, los “populares” o subvencionados por el Ayuntamiento, instituciones o diversas emisoras de radio, se celebran actuaciones musicales a cargo de artistas de primer nivel.

De todas formas, la Fiesta no se acaba tras el último rescoldo de la última hoguera incinerada (se van quemando gradualmente, según un orden inverso a la categoría de los premios obtenidos), sino que, entre los días 25 y 29 de Junio, Alicante todavía acoge un divertido Mercado Medieval y, muy especialmente, la celebración de castillos artificiales que a partir de las doce de cada noche iluminan el cielo levantino sobre la playa del Postiguet.

Lejos quedaron los tiempos en que se conmemoraba la festividad de San Juan acumulando muebles y objetos en desuso que se quemaban siguiendo una tradición ancestral; Alicante, en estos calurosos días de Junio, ofrece entretenimiento, belleza, música y fuego purificador. Conoced esta fiesta, disfrutadla, integráos en ella, y estoy seguro de que desearéis volver una y otra vez.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Como murciana con sangre alicantina y además vecina de la ciudad te doy las gracias por este artículo dedicado a nuestras fiestas :)
Esta mañana he salido a hacer algunas fotos a las hogueras de Pla-Carolinas y en breve las pondré en mi blog.

Las Hogueras de Alicante merecen ser conocidas en el resto del país. Hoy me ha alegrado ver una breve noticia en televisión. Y no debemos confundirlas con las Fallas de Valencia. Personalmente, me gusta más el diseño de las vecinas Fallas valencianas (más figurativo) que el de las hogueras alicantinas (surrealistas, abstractas, vanguarditas si se quiere) pero todo tiene su encanto.

Un saludo!
Azusa ha dicho que…
En mi pueblo también se quemaban cosas en las hogueras, pero además se ponían rosas a la persona que te gustaba o cardos borriqueros a la que te desagradaba

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